El aparato de espionaje gubernamental, que históricamente ha manejado el estado para vigilar grupos disidentes, periodistas y defensores de derechos humanos, disfrazado en un área de la dirección general de gobierno, pudiera desaparecer en el sexenio que recién inicia el gobernador Rubén Rocha Moya, al menos ese es el compromiso que hizo en su primer día como gobernador.
El comisionado de enlace con instituciones de la comisión de defensa de derechos humanos en Sinaloa, Óscar Loza Ochoa, celebró que esta práctica pueda ser abandonada por la nueva administración estatal y consideró que hay buenas señales de que eso sucederá, ya que quién estará a cargo de la instancia donde se realizaba esta actividad, sabe muy bien lo que es ser vigilado, ya que por muchos años padeció, junto a su familia esta práctica del espionaje.
Loza Ochoa señaló que el espionaje telefónico y la vigilancia civil a cargo de los llamados “orejas de gobierno” han sido una práctica vergonzosa por parte de las autoridades, por lo que tiene una relevancia especial que esto pueda dejar de ocurrir, al menos por parte del gobierno del estado, ya que es una violación a los derechos humanos y a la libertad de las personas.
En ese mismo sentido, Loza Ochoa manifestó que manda una buena señal el gobierno de Rocha Moya en materia de derechos humanos, al elevar de dirección a sub secretaría la dependencia que atienda en su administración.
