“La situación económica en Afganistán es dramática, se estima que durante los últimos seis meses alrededor de 900,000 personas han perdido su trabajo”, dijo el representante de Naciones Unidas en Afganistán, Abdallah Al Dardari, en una rueda de prensa en Ginebra, donde se celebró una conferencia internacional de donantes para este país.
Los resultados de esa reunión fueron considerados decepcionantes puesto que sólo se recibieron promesas de contribuciones equivalentes al 55 % de los 4,400 millones de dólares solicitados para hacer frente a una situación calamitosa, en la que el 95 % de los afganos no tienen suficiente comida.
“Desde que los talibanes llegaron, en torno al 30 % de la población empleada ha perdido su trabajo o ha visto deterioradas sus condiciones. Además, es importantes señalar que la gran mayoría trabaja con contratos temporales, lo que no les permite alcanzar suficientes ingresos para vivir dignamente”, precisó Al Dardari.
Asimismo se trabaja para “revivir” el sector bancario, para lo cual se está haciendo una evaluación que permita comprender cómo reconstruir la confianza en el sistema de crédito de Afganistán y así devolver la liquidez al sistema financiero.
Sobre la decisión anunciada este domingo por el Gobierno talibán de prohibir la producción y distribución de opio en el país, el representante de la ONU dijo que tendrá un impacto importante en la economía local ya que, según los datos de su programa, 220.000 hectáreas de tierra se dedican a su plantación.
“Una gran parte de la agricultura del país se dedica a la plantación de opio, por tanto no esperamos que todas estas hectáreas sean remplazadas por otras plantaciones en el corto plazo”, comentó Al Dardari, quien añadió que existen cuatro millones de adictos al opio en el país, de los cuales entre un millón y un millón y medio son mujeres y niños.
La ONU ha puesto en marcha programas de cultivos alternativos y de asistencia a los adictos al opio.