La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) advirtió hoy sobre la crisis de hambre causada por la devastadora sequía en Etiopía, Somalia y Kenia, que ha llevado a más de 14 millones de personas a sufrir inseguridad alimentaria.
Uno de los territorios golpeados por la sequía es el árido condado de Marsabit, en el norte de Kenia, donde hay "una tasa de desnutrición global aguda (GAM, en inglés) del 53.6 %, una de las más altas de África", afirmó en un comunicado el secretario general de la FICR, Jagan Chapagain, tras visitar esta semana esa zona.
Al menos 5.5 millones de niños sufren desnutrición aguda en estos países, mientras unos 6.1 millones de personas en Etiopía y 4.1 millones en Somalia necesitan asistencia humanitaria urgente, alertó la organización en Nairobi.
En Kenia, 3.5 millones de personas sufren inseguridad alimentaria, con la sequía -la peor sufrida en la región durante los últimos cuarenta años- golpeando fuertemente el norte y el este del país.
"El hecho de que los habitantes de Marsabit hayan perdido más del 70% de su ganado, que es su principal fuente de sustento, significa que habrá un largo y lento camino hacia la recuperación", alertó la secretaria general de la Cruz Roja en Kenia, Asha Mohammed.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas advirtió el pasado abril que el número de personas que sufren hambre en la región podría aumentar de los estimados 14 millones a 20 millones a lo largo de 2022 si la actual temporada de lluvias sigue resultando escasa.
La crisis, además, tiene consecuencias en otros ámbitos más allá de la falta de comida y agua, "como la violencia sexual y de género y los profundos impactos en la salud mental", señaló Chapagain.
"Un ejemplo es el de las mujeres que caminan más de 40 kilómetros para conseguir agua potable, lo que pasa durante el camino es inimaginable", añadió el secretario general.
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