Abel Enrique Espinoza es un pescador con 40 años de experiencia, asegura que en todo ese tiempo no se ha perdido una temporada de capturas de camarón en altamar y confirma que ya nada es igual en este sector.
Recuerda que en años anteriores los pescadores recibían muy buena paga por las capturas, traían mucho camarón y cuando llegaban contrataban la banda sinaloense y se metían a las cantinas a festejar las grandes capturas.
Ahora, llegan y empiezan a repartir el dinero a quienes confiaron en su palabra y les dieron crédito, entre ellos la señora de la tiendita y el patrón que cubre los gastos de la libreta de mar y certificado médico.
La señora Angela es mamá de Abel, vino desde Nayarit para despedir a su hijo en este viaje de capturas, asegura que hizo el esfuerzo porque sabe de los peligros a los que se enfrentan los pescadores en altamar y quería hacerlo personalmente.
Ambos coinciden en que la diferencia en el sector de la pesca en relación con los años anteriores de bonanza, no obedece a que haya menos camarón en el mar, sino que ahora hay demasiados barcos pesqueros.
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