Los bellos atardeceres, la arena mojada por las olas, el mar e historias de pescadores, mazatlecos y el espíritu de la Perla del Pacífico quedaron plasmados con cada pincelada que realizó el pintor y escultor mazatleco José Antonio López Sáenz.
El artista logró colocar el nombre de Mazatlán por sus obras, las cuales fueron reconocidas a nivel internacional, ya que tenía una manera peculiar de plasmar a los protagonistas de sus pinturas y esculturas.
Las personas son de cuerpo voluminoso, cabeza pequeña y sin rostro, ya que de acuerdo a el maestro López Sáenz, prefería dejar en el anonimato, para solamente el saber quien es la persona que vive dentro del lienzo.
El artista decía que sus personajes no necesitaban tener ojos, boca o dientes para transmitir las facciones que tenían, pues cada persona al momento de observarlos lo entendían.
La tarde del martes 15 de agosto el puerto de Mazatlán se vistió de luto, ya que el maestro José Antonio López Sáenz perdió la vida a sus 87 años de edad, este miércoles fue velado por la mañana en una funeraria de la colonia Centro y posteriormente por la tarde se oficiará una misa a las 3:30 en la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción ubicada en la colonia Centro frente a el Palacio Municipal.
López Sáenz permanecerá vivo en las calles de Mazatlán y en el malecón del puerto, ya que hay dos monumentos realizados por el maestro, el primero está ubicado junto a las letras de Mazatlán, el cual lleva por nombre “Así nos agarró el milenio”, pero es conocida como el Monumento a la Familia, a unos cuantos metros sobre la avenida del Mar se encuentra el monumento “Los Peloteros”, obra dedicada a el equipo porteño de béisbol Los Venados.
Pero lo más importante López Sáenz siempre estará dentro del corazón de los mazatlecos.
