La huelga que inició en la industria automotriz de los Estados Unidos ya está teniendo repercusiones en México, puesto que por la reducción en la demanda de autopartes ya se han perdido 76 millones de dólares, opinó Ernesto Sánchez Sánchez.
El especialista en temas Laborales y Sindicales de la Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa, destacó que en este movimiento participan en primera instancia 13 mil de los 150 mil trabajadores afiliados al United Auto Workers, pero que existe la amenaza de que el mismo se amplíe si las empresas no presentan mejores propuestas salariales.
Consideró que si este paro convocado por el más fuerte Sindicato de Trabajadores de la Industria Automotriz de los Estados Unidos dura más de 3 meses, pudiera también impactar en un 4% ciento los precios de los automóviles que fabrican las empresas Ford, General Motors y Stellantis.
Sobre las causas aparentes que dieron origen a esta huelga, Sánchez Sánchez abundó que los dirigentes están exigiendo un incremento salarial del 40% (20% inmediato y 5% a partir del 2024 hasta sumar el 40% en 2027), la restauración de beneficios perdidos durante la recesión económica, la estabilización en las trayectorias laborales y la reorganización de horarios no mayores a 8 horas que se habían extendido a través de horas extras obligatorias.
El académico y también investigador de la Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas de la UAS reveló que, además del aspecto laboral y tecnológico por la robotización de la industria y el cambio de automóviles de gasolina a eléctricos, en el movimiento también confluyen intereses de tipo políticos porque se acercan elecciones en los Estados Unidos y el presidente Joe Biden busca ganar adeptos para su posible reelección.