Tras dos jueves consecutivos, los llamados “jueves negros”, en los que Culiacán se convirtió en una ciudad de pánico para sus habitantes, por los enfrentamientos armados protagonizados por grupos delictivos, esta vez iniciaron la semana con todo, invadiendo el oriente del municipio con detonaciones de armas de fuego.
Alrededor de las 6:00 de la mañana, fueron vistos por cientos de culiacanenses, integrantes de grupos civiles armados que encabezaban convoyes de al menos 40 vehículos artillados, entre los que destacaban camionetas Chevrolet Suburban con escotillas, así como personas armadas en el techo de inmuebles, dando inicio a los enfrentamientos armados.
Luego de algunas horas de escuchar fuertes detonaciones de arma de fuego, resultaron heridos dos militares; uno de ellos fue baleado en una pierna y el otro elemento, lamentablemente recibió un balazo en la cara, muriendo horas después en el hospital del ISSSTE Culiacán, ubicado en la avenida Heroico Colegio Militar.
Tras dichos enfrentamientos entre civiles armados, se inició un operativo por parte de decenas de elementos del Ejército Mexicano para controlar la situación; mientras tanto, algunos civiles se vieron afectados al circular por avenidas y carreteras de la capital sinaloense, pues literalmente quedaron atrapados en la rúa.
Por otro lado, más de diez vehículos de lujo (de alta gama), entre los que predominaban camionetas cerradas de varias marcas, fueron abandonadas en varios puntos de la ciudad y localizadas y ubicadas por las fuerzas armadas de los tres niveles de gobierno. Los vehículos tenían una cantidad considerable de marcas de detonaciones armas de fuego.
Mientras se controlaba la situación, tanto el Gobierno de Sinaloa, encabezado por Rubén Rocha Moya, como la SEPyC y la UAS, emitieron comunicados oficiales que indicaban la suspensión de clases en el municipio y en la sindicatura de Costa Rica para el turno matutino; posteriormente informaron que tampoco habría actividad para el turno vespertino, pues además de que necesitaban mantener a la población lo mejor resguardada posible, no estaba operando el transporte público.
Luego de que terminaron de escucharse las detonaciones de arma de fuego en el cielo de Culiacán, la ciudad “volvió a la calma”; no obstante, las calles, avenidas y vialidades más concurridas de la capital sinaloense lucían desoladas tras el confinamiento forzado de la sociedad “culichi”.
Alrededor de las 2:00 de la tarde, llegaron tropas de la SEDENA para reforzar la vigilancia en el municipio, dada la situación de inseguridad suscitada desde las primeras horas de este lunes 9 de septiembre de 2024.
Al momento, todo parece indicar que Culiacán ha vuelto a la calma y que el martes, la vida de sus habitantes volverá a la normalidad.