El Jardín Botánico Culiacán y el Parque Ecológico han sido reconocidos como espacios vitales para la conservación de aves migratorias, al convertirse en refugios estratégicos dentro de sus rutas anuales de desplazamiento.
Con más de 10 hectáreas de vegetación y 17 colecciones botánicas, el Jardín Botánico no solo es un pulmón verde en la capital sinaloense, sino también un hábitat esencial para especies como el Chipe Corona Negra (Cardellina pusilla) y la Piranga Roja (Piranga rubra), que encuentran ahí alimento, descanso y seguridad durante sus viajes.
Ambos espacios ofrecen un entorno propicio gracias a su diversidad vegetal, tranquilidad y disponibilidad de recursos, convirtiéndose en un modelo de cómo los espacios urbanos pueden contribuir a la biodiversidad.
En el marco del Día Mundial de las Aves Migratorias, especialistas y promotores ambientales exhortan a la sociedad a crear y proteger entornos compartidos para estas especies, destacando acciones sencillas como sembrar plantas nativas, ofrecer agua limpia y evitar el uso de químicos tóxicos en jardines y patios.
“Al proteger estos espacios, no sólo ayudamos a las aves, sino que también construimos comunidades más saludables y resilientes”, se enfatizó en el comunicado emitido por los administradores del Jardín Botánico.
Además de su valor ecológico, estos sitios fungen como aulas vivas para la educación ambiental, donde niños, jóvenes y adultos pueden aprender sobre la fauna y flora local y global, y el papel que cada ciudadano puede desempeñar en su conservación.
El Jardín Botánico Culiacán invita a la comunidad a visitarlo y sumarse a sus actividades de concientización. El lugar está abierto de lunes a domingo, de 07:00 a 18:00 horas, y ofrece recorridos educativos y experiencias de contacto con la naturaleza.
