La pasada jornada electoral para renovar al Poder Judicial en México, considerada histórica por su carácter inédito, dejó una estela de interrogantes y advertencias entre expertos en derecho constitucional, de acuerdo a Gonzalo Armienta Hernández, Académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Sinaloa, el proceso, aunque pacífico, evidenció fallas de diseño y omisión de derechos fundamentales.
Armienta Hernández reconoció que una reforma al Poder Judicial era necesaria, particularmente por la desvinculación de la Suprema Corte con el sentir popular y por un Consejo de la Judicatura que, a su juicio, operaba como juez y parte.
Dijo que el cambio masivo afectó a servidores que ascendieron por méritos propios, sostuvo que muchos de ellos iniciaron como auxiliares, armando y cosiendo expedientes, se les despojó de una expectativa de vida construida con esfuerzo.
Respecto al nuevo perfil de jueces y magistrados, el panorama no es alentador, ya que muchos carecen de experiencia y el conocimiento necesario para aplicar no solo la legislación nacional, sino también los tratados internacionales en materia de derechos humanos, subrayó.