La sombra de la plaga de los payasos macabros comienza a cernirse sobre el norte de Europa con la llegada de Halloween y los casos, que van de la broma de mal gusto al ataque indiscriminado a cuchilladas, se multiplican de Suecia a Alemania.
Los incidentes se cuentan ya por decenas, el miedo se extiende y crece también la lista de quienes han resultado heridos a causa de este siniestro comportamiento, que comenzó en Estados Unidos y que se basa en el subgénero de películas de miedo nacido con la versión cinematográfica de "It", un libro Stephen King.
El episodio más grave registrado en estos países ocurrió hace diez días en Varberg, en el oeste de Suecia, cuando un hombre disfrazado de payaso apuñaló sin mediar palabra a un joven y se dio a la fuga, provocándole heridas leves en un hombro.
El Responsable de Justicia del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, Thomas Kutschaty, subrayó en declaraciones al diario "Bild" que "amenazar de muerte no es divertido, sino un delito" penado con hasta "un año de cárcel".
Un efecto colateral de esta moda de mal gusto son los payasos profesionales, explica la Asociación Alemana de Empresarios Circenses, que perciben ya un claro daño a su imagen.
En la localidad noruega de Frederikstad una escuela infantil ha decidido prohibir los disfraces de payaso en la fiesta de Halloween después de que varios alumnos denunciasen haber sido asustados por payasos.