Un rápido y dulce sabor que desde niña aprendió a elaborar y matiza con colores pastel, para ofrecerlos entre el bullicio del centro de Culiacán, Yolanda Márquez vende suspiros y vive de ellos.
Desde hace 15 años ofrece suspiros en la esquina de Ángel Flores y Rubí, pero su trabajo inicia desde las cuatro de la mañana con una receta que aprendió de sus padres.
La venta de suspiros comenzó en tiendas de colonias populares y luego ella misma recorría las calles para ofrecerlos, ahora al tiempo
Yolanda Márques rescata el valor del trabajo, de ofrecer un producto dulce, llamativo pero sencillo, destaca que siempre habrá algo que hacer para obtener el sustento, para mantenerse ocupado y satisfecho.