Un cazador alemán de nombre Franz Stehle cortó un cubo de hielo del Danubio y se encontró con que dentro había un zorro muerto, perfectamente conservado.
Para que esto sucediera, el zorro debió haber caído al río a través de una fina capa de hielo, muriendo congelado. El cuerpo fue recuperado por el alemán cerca de la costa de Fridingen y el cazador después lo puso a la entrada de su hotel familiar, donde aún se mantiene tal cual lo encontró.
Según el mismo Stehle, no es raro que los animales rompan la superficie congelada del río por su peso al caminar sobre ella y que, en consecuencia, mueran de esta forma. La imagen de cualquier forma, resultan extraña pero intrigante, tan bizarra que es imposible quitarle los ojos de encima.
Como en la era de hielo...