Misioneros mormones conocieron el lado más oscuro y siniestro de las favelas brasileñas. Mientras se encontraban caminando por las calles de la ciudad de Manaos, se les acercaron dos delincuentes en moto que intentaron atracarles a punta de pistola. Ninguno de los religiosos opone resistencia al principio, hasta que uno de ellos ve el momento adecuado y aprovecha para desarmar a uno de los agresores y empieza a golpearlo.
También te puede interesar:
"Al cáncer le dedico sólo cinco minutos al día": Pau Donés