La bonanza se fue junto con los visitantes, los clientes y el crecimiento de Culiacán. De 72 puestos que se ubican a un costado del Centro Cívico Constitución sólo permanecen tres.
En la esquina de Rafael Buelna y Vicente Guerrero solo hay promesas y recuerdos. El señor Hedelberto Sánchez fue uno de los pioneros del proyecto desde 1984,fue testigo de la decadencia y de planes para el rescate que de momento no se concretan.
Decenas de familias acudían al Centro Cívico Constitución a mediados de la década de 1980, el lugar tenía vida propia.
Sin embargo el crecimiento de la ciudad fue implacable y los puntos de entretenimiento nacieron junto con centros comerciales.
El desdén a la actividad comercial llegó también a la fuente de la cabeza olmeca, que maltratada no solo por el tiempo sino por vándalos soporta con paciencia y en silencio junto con los tres locatarios que siguen en la esquina del Centro Cívico Constitución.
Mientras pasan los autos, el transporte urbano y pasan las administraciones este punto de Culiacán poco a poco desaparece.
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