El poeta chileno Nicanor Parra fue despedido con poemas y canciones de sus familiares y amigos en su pueblo de Las Cruces, un balneario del litoral central de Chile donde murió el pasado martes a los 103 años, dejando tras de sí un legado literario inmortal.
En una misa celebrada en la iglesia de la Asunción, cientos de personas dieron el último adiós al creador de la antipoesía, ganador de numerosos galardones literarios, entre ellos el Premio Cervantes 2011.
Nicanor Parra nació el 5 de septiembre de 1914 en San Fabián de Alico (Chile), fue académico, además de matemático, físico y uno de los grandes "antisistema" del universo lírico.
Parra cumplió casi todos sus deseos en vida, pero quedó en el camino su más ansiado premio Nobel de Literatura, al cual se postuló cinco veces. Bromeaba, después de su último intento, que se lo debían dar por "derechos humanitarios".
El poeta, que escribió hasta el último de sus días, hizo clases hasta pasados los 100 años y complicó con su prosa y verso a la derecha y la izquierda, además de poner en jaque a la Iglesia católica, que hoy le acogió con todos los honores.
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