El arma es real y por tanto podría parecer ilógico que estos cadetes de la Marina Armada de México estén bajo el agua con ella y además desarmándola.
Pero el ejercicio con el fusil M16-A2 en las manos no es para un enfrentamiento subacuático, sino para perfeccionar el control mental y corporal de los futuros marinos mexicanos.
Esta clase bajo el agua es fundamental en su formación y en dos de los simuladores que están disponibles para las nuevas generaciones en la Heroica Escuela Naval, ubicada en Antón Lizardo, Veracruz.
El primer “juguete” de alta tecnología a su disposición es el mismo que tiene la Marina de Holanda. El simulador de navegación marítima los lleva a estar dentro de cualquiera de las embarcaciones de la institución.
La clase de hoy para estos alumnos de la carrera de Ingeniería en Sistemas Navales tuvo dos ejercicios. El primero, estacionar o como dicen ellos atracar, un buque de 150 metros de largo y 2 mil 900 toneladas en el puerto de Veracruz. La segunda tarea, no menos complicada, es atender una llamada de emergencia por fuego en un crucero repleto de turistas.
La Heroica Escuela Naval puede presumir otro “juguete” de alta tecnología, es el simulador de vuelo para la carrera de Ingeniería de Ciencias Aeronavales.
La cabina con dos plazas tiene la capacidad de llevar al alumno a 32 tipos de aeronaves, a prácticamente todos los aeropuertos del mundo, climas adversos, tráfico aéreo, fallas mecánicas y hasta parvadas que destrozan cristales y motores.
De Veracruz, los alumnos de esta carrera viajan a la escuela de Aviación, en Baja California, y pilotean estos aviones. Al volar de forma real, una parvada o una falla en el motor, consideradas situaciones de emergencia, ponen a prueba la mente y el cuerpo, justo como se busca con el entrenamiento del desarme del fusil bajo el agua.
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