Berlín, 21 mar (EFE).- La canciller alemana, Angela Merkel, deseó hoy que su cuarta legislatura sirva para lograr un "nuevo resurgimiento" para Europa, pero evitó concretar qué reformas quiere poner en marcha en la UE y la eurozona.
En la primera declaración de gobierno ante el Bundestag (cámara baja) de su cuarto mandato, Merkel subrayó el carácter proeuropeo de su nuevo Ejecutivo -otra gran coalición de conservadores y socialdemócratas- en un discurso de una hora que entremezcló convicción y pragmatismo.
"Quiero que al final de la legislatura sea reconocible que hemos logrado un nuevo impulso para Europa y que Europa ha salido reforzada", aseguró.
A su juicio, la UE es el futuro ante un mundo "incómodo e intrincado", con "grandes conflictos" a "nuestras puertas", por lo que pidió avanzar en la integración y defender la cooperación internacional.
"Estoy convencida de que el futuro está en la cohesión con Europa. No en el aislacionismo ni en el egoísmo nacionalista. Sólo juntos podemos defender nuestra soberanía, nuestros intereses y nuestros valores. Sólo juntos estaremos en disposición de asegurar nuestro bienestar a largo plazo", afirmó.
La eurozona, en particular, debe concentrarse ahora, una vez superada una "aguda crisis" y con crecimiento en sus 19 economías, en su "consolidación a largo plazo y su estabilidad", explicó.
Esto pasa por "la unión bancaria, la unión de mercados de capitales" y la puesta en marcha de "una estructura de cooperación definitiva", una "arquitectura común" que impida que la evolución negativa de un país arrastra al resto de miembros de la eurozona.
Esta estructura incluiría la conversión del fondo de rescate en una versión europea del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el refuerzo de la competitividad en algunas economías de la eurozona, "si se da el caso, con medios financieros añadidos", en una aparente referencia al presupuesto común que países como Francia reclaman.
La canciller reconoció que la zona euro dista mucho de ser una unión económica, algo que va mucho más allá de un mero mercado común, y afirmó que es preciso favorecer la convergencia entre los socios que comparten la divisa europea.
No obstante, Merkel subrayó que en Europa seguirán siendo los estados nacionales quienes asuman la responsabilidad de su propio endeudamiento, descartando -como ha hecho siempre Berlín- cualquier modalidad de mutualización de la deuda dentro del bloque.
Sobre el "brexit", explicó que, tras la decisión de Reino Unido de abandonar el mercado común y la unión aduanera, la relación "no podrá ser tan estrecha como hasta ahora", sino el fruto de "un profundo y detallado acuerdo de libre comercio a negociar" aún.
Con respecto EEUU, abogó por "esperar acontecimientos" ante la amenaza de aranceles al acero y el aluminio, y descartó "contramedidas" de la UE en el Consejo Europeo de mañana en Bruselas, aunque denunció que las medidas de Washington serían "ilegales y dañinas para todos".
Además, indicó que Alemania debe ser un "socio fiable" dentro de la OTAN y mostró su compromiso con el objetivo de elevar el gasto de defensa hasta el equivalente al 2 % del producto interior bruto (PIB) para 2024, tal y como pactó la alianza.
Ya en el orden de los conflictos armados, Merkel condenó asimismo al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, por los bombardeos sobre la región de Guta Oriental, en las afueras de Damasco, y amplió esa condena a Moscú, por "consentirlos".
Sobre Rusia apuntó asimismo las "evidencias" que apuntan hacia este país en el caso del envenenamiento de un ex doble espía en Reino Unido y pidió "transparencia" a Moscú.
En clave interna, la canciller reconoció que su gestión de la crisis de los refugiados en 2015 contribuyó a que Alemania se encuentre "polarizada" y que Europa reaccionó tarde a la crisis que se estaba gestando en Siria por la represión gubernamental ante la primavera árabe, lo que fue "erróneo" e "ingenuo".
No obstante, aseguró que su país seguirá dando "protección por razones políticas y humanitarias" a quien lo precise, aunque destacó que la llegada de cerca de 900.000 refugiados en 2015 fue "una situación humanitaria excepcional que no debe repetirse".
Merkel avanzó asimismo los planes de su gobierno para mejorar la atención a las personas necesitadas, subir las pensiones, descargar a las familias para reducir la "vergüenza" de la pobreza infantil y frenar los repuntes del mercado inmobiliario con el freno de los alquileres y más dinero para vivienda social. EFE
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