Primero fue en 2012, cuando una predicción maya aseguraba el fin del mundo llegaría con el solsticio de diciembre. En aquella ocasión, la teoría decía que el 21 de diciembre de 2012, a las 11.12 (UTC), todo acabaría. Muchos se preguntaban: ¿pero cómo va a desaparecer el mundo en 2012 si mi lata de atún caduca en 2014?
El mundo no se acabó y afloró años después otra teoría según la cual un planeta no detectado –de nombre Nibiru o "Planeta X"– colisionará contra la Tierra provocando el fin del mundo tal y como lo conocemos. En verdad, esta teoría nació a mediados de los 90 apoyándose en una extraña interpretación de textos religiosos, pero cobró fuerza tras el "pinchazo" de la profecía maya.
Sin entrar en consideraciones religiosas, el "Planeta X" llegaría hoy 23 de abril provocando "erupciones volcánicas, terremotos y tsunamis" como consecuencia de las fuerzas gravitacionales. Desde la NASA ya han desmentido en más de una ocasión estas afirmaciones, negando la existencia de un "Planeta X" y alegando que un cuerpo de ese tamaño no se les pasaría por alto.
En septiembre de 2017, cuando hubo un repunte de esta teoría, el científico de la NASA, David Morrison, descartó el fin del mundo en una entrevista concedida al Washington Post: "No, no existe un planeta llamado Nibiru. No, no es una enana marrón rodeada de planetas, como sugieren los que repiten esto. No, no está de camino hacia la Tierra. Y sí, la gente debería 'superarlo'".
Dicho esto, todo apunta a que esta vez tampoco se acabará el mundo. Al final, tanto avisar que llega el fin del mundo, el día que ocurra de verdad nos va a pillar desprevenidos.
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