Un día como hoy de hace 3 años, ocurrió uno de los terremotos más devastadores en la historia: el de Nepal. Con una magnitud de 7.8, ocasionó la muerte de apróximadamente 9 mil personas, el registro de alrededor de 22 mil heridos y cuantiosos daños materiales.
Su intensidad fue tal que se sintió hasta a mil 900 kilómetros de distancia del epicentro (Katmandú), en la región de Sichuan en China, pasando por también causar estragos en Bangladesh, India, Bután y El Tíbet.
Históricamente, esta parte del planeta Tierra es zona sísmica, pues ahí se encuentran dos grandes placas tectónicas en constante movimiento: la placa Euroasiática e Índica, razón por la cual se generó el terremoto.
El desastre natural, además de tomar vidas humanas, hogares, escuelas y demás estructuras, derrumbó edificaciones emblemáticas de Nepal, como la Plaza Basantapur Dubar, la Torre Dharahara y el Templo Manakamana. Se estima que fueron alrededor de 800 mil viviendas destruidas, que no resistieron el impacto pues muchas de ellas estaban construidas por material endeble como láminas y madera.
Al día de hoy
Después de la tragedia, se conformó la Autoridad Nacional de Reconstrucción de Nepal, con el objetivo de canalizar toda la ayuda internacional e iniciar la reconstrucción de la región.
Por entonces, se pronosticó restaurar y reedificar todos los daños para el 2020. Al día de hoy, para el 2018, la meta se ve inalcanzable.
Debido a que los apoyos acordados por varios países no han sido recibidos en tiempo y forma, así como las estimaciones económicas para la reparación varían constantemente hacia la alza, el porcentaje de lo restaurado es bajo.
De acuerdo a la Autoridad Nacional de Reconstrucción, de las 767 mil 705 viviendas destruidas, apenas se han restaurado 119 mil 229; en cuanto a los colegios, se han reedificado 3 mil 613 escuelas de las 7 mil 553 dañadas.
De las 753 propiedades de interés histórico demolidas, apenas 100, aproximadamente, han sido reacondicionadas. Situación similar ocurre con los hospitales dañados, pues de los mil 197 demolidos, la mitad ha sido rescatado.
La reconstrucción de Nepal aún se antoja lejana y a paso lento. Desafortunadamente después de la tragedia, se tomaron las medidas necesarias para edificar de acuerdo a normas de construcción que contengan con mayor firmeza los sismos, así como se instalaron alertas sísmicas.
La madre naturaleza es impredecible y en cualquier momento puede volver a despertar, más aún en aquella zona sísmica del Himalaya que históricamente, tanto ha afectado a la región.
Nepal seguramente se levantará, pero ese despertar, a 3 años del desastre, aún se encuentra en la letanía.
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