Los restos de las primeras víctimas identificadas retornaron hoy a sus lugares de origen mientras avanza la investigación del siniestro del vuelo DMJ-972 de Cubana de Aviación en el que el viernes murieron 110 personas cuando el avión se estrelló poco después de despegar del aeropuerto de La Habana.
La zona de cultivos en la que cayó la aeronave, a un kilómetro del recinto aeroportuario, centra los trabajos de la comisión de investigación formada por las autoridades cubanas, a la que se han empezado a sumar expertos de otros países sin que todavía haya una explicación de lo sucedido.
Los expertos tratan de reunir piezas del fuselaje, los motores y el interior del aparato, que Cubana tenía alquilado desde hace menos de un mes a la aerolínea mexicana Global Air, responsable del mantenimiento del avión, un Boeing 737 fabricado en 1979.
Esos restos se trasladan a una dependencia aeroportuaria para su posterior evaluación, explicó hoy el jefe de la comisión de investigación y presidente del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC), Armando Daniel López, citado por medios estatales.
También se busca la segunda de las dos cajas negras del avión, la que registra los parámetros técnicos del vuelo, aunque "su hallazgo no es determinante para arribar a una conclusión", precisó el funcionario.
La primera caja negra, que graba los sonidos en la cabina de control, se recuperó horas después del accidente y hasta ahora no se ha difundido su contenido.
Este domingo se unieron a la investigación dos expertos de las autoridades aeronáuticas de México, país de origen de la aerolínea propietaria del aparato, que superó la última revisión técnica en noviembre del año pasado.
Cubana de Aviación lo operaba en régimen de alquiler pero el contrato de arrendamiento estipulaba que el mantenimiento técnico era responsabilidad de Global Air, la compañía propietaria, también registrada como Damojh.
La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de México anunció este domingo una nueva auditoría a Damojh para "verificar que las condiciones actuales de operación sigan cumpliendo con la normatividad" y colaborar con la investigación.
Además, el ministro cubano de Transporte, Adel Yzquierdo, avanzó la llegada de peritos de aseguradoras de países europeos y expertos de Estados Unidos y garantizó que se permitirá que participen en la investigación "cuantas personas jurídicas y naturales tengan derecho, como el fabricante, propietario y las autoridades de la nación de origen del avión".
La zona del accidente, a un kilómetro del aeropuerto habanero, se mantendrá preservada el tiempo necesario, pues los trabajos pueden prolongarse "días, semanas y hasta meses", advirtió.
Todos los restos humanos han sido recuperados y trasladados al Instituto de Medicina Legal de La Habana, donde hasta ahora han sido identificados 33 de los 110 cadáveres.
Las tres supervivientes, de 19, 23 y 39 años y nacionalidad cubana, mantienen un estado "crítico grave" debido a los severos traumas craneales, fracturas y quemaduras sufridas en el siniestro, y se encuentran acompañadas por sus familiares en el centro sanitario, con todo el país pendiente de su recuperación.
También ha comenzado el proceso de identificación de los seis integrantes de la tripulación de la aeronave, todos mexicanos, con la presencia en La Habana de 15 familiares que han sido entrevistados por los expertos forenses cubanos.
Como la investigación, también se espera que el reconocimiento de las víctimas dure varias semanas, indicó el director del organismo forense, Sergio Rabell.
Los familiares de la mayoría de las víctimas se encuentran en La Habana para colaborar en la identificación de sus seres queridos, y también están ya en la capital cubana los allegados de los seis miembros de la tripulación.
Los parientes, cuya estancia costea el Gobierno cubano, se alojan en un hotel y son atendidos por médicos y psicólogos especializados en este tipo de situaciones.
A la provincia de Holguín (este), a cuya capital se dirigía el avión accidentado y donde residían 67 de las víctimas, llegaron hoy los restos ya identificados de tres de las personas fallecidas.
Se trata de Suyen Lizandra Figueredo y su hija de siete años, Alexa Rivas Figueredo, recibidos por "una representación masiva" del municipio de Gibara, donde vivían; y de Yunaisi Pelegrino, de 39 años y vecina de Holguín.
Alexa Rivas es una de los cinco menores que perecieron en el vuelo, en el que también perdieron la vida otros tres niños de dos, cuatro y cinco años y una bebé de quince meses.
En el siniestro murieron 99 personas de nacionalidad cubana y once extranjeros: siete mexicanos -los seis miembros de la tripulación y una turista-, dos argentinos, un saharaui y un saharaui con pasaporte español.
Con información de EFE.
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