De manera recurrente la quema de soca de maíz luego de la cosecha ha generado problemas severos de contaminación por el humo que despiden las quemas que afectan directamente a la población cercana a las parcelas.
La quema de soca de maíz ha sido una práctica que no solamente daña a la salud y al medio ambiente sino también al mismo productor que las realiza, pues los incendios generados eliminan los nutrientes del suelo, que despues representan un alto costo poderlos reincorporar mediante la aplicación de una serie de químicos .
Inyectar nitrógeno, fósforo, potasio y otros elementos necesarios para el desarrollo de los cultivos sale mas caro al productor que realiza la quema de la soca, cuando esos fertilizantes naturales la propia tierra los incorpora cuando se dejan los residuos en la parcela luego de las cosechas.
Los incendios presuntamente controlados, que además están normados por la Norma Oficial , han desencadenado intensas nubes de humo que han cubierto ciudades como en Los Mochis donde las autoridades han quedado atadas de manos y no han podido actuar en contra de las personas que las realizan , a pesar del daño que pueden ocasionar a la salud de los habitantes.
A pesar de que la Norma Oficial Méxicana 015 de SAGARPA-SEMARNAT y la Ley de Desarrollo Rural Sustentable obligan a las autoridades municipales a crear los consejos para la quema de socas, apenas unos cuantos ayuntamientos han cumplido con este mandamiento y solo uno opera a medias en cuanto a las acciones que deben ejecutar.
No hay autoridad hasta el momento que ponga un freno a estas actividades dañinas, aún y cuando la ley faculta a los ayuntamientos a ejecutar infracciones pero también sancionar a quienes incurren en la quema de socas, pero hasta el momento solo Ahome ha realizado infracciones sin embargo no hay productores sancionados.
Se requiere una legislación que defina atribuciones a las autoridades y evitar que sigan tirándose la bolita, mientras los valles y las ciudades se ahogan en el humo de los incendios.
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