París, 8 jul (EFE).- El presidente francés, Emmanuel Macron, intentará relanzar su iniciativa política mañana con un discurso ante las dos cámaras del Parlamento, pero con la ausencia de una parte de la oposición de izquierdas y de derechas, que ha decidido boicotearle.
El discurso, que se desarrollará en el solemne escenario del Palacio de Versalles donde se celebran las sesiones conjuntas de la Asamblea Nacional y el Senado y que toman el nombre de Congreso, es el segundo de este tipo (el primero fue hace un año) de Macron, quien se encuentra en el momento de popularidad más bajo en sus catorce meses de mandato.
Ante esta intervención se muestra especialmente crítico el partido de izquierda radical La Francia Insumisa, cuyo líder, Jean-Luc Mélenchon, justificó su ausencia con una mezcla de su habitual ironía y juegos de palabras, en una entrevista emitida por la radio Europe 1 y la cadena de televisión CNews.
"El rey Macron habla y luego no escucha", dijo en alusión a que el jefe del Estado, tras su alocución, no se quedará al debate posterior -la Constitución no lo permite- y, por tanto, diputados y senadores no le podrán replicar directamente.
"Estamos pasando de la monarquía presidencial a la monarquía presidencial absoluta", añadió Mélenchon.
La Francia Insumisa ha decidido organizar una "manifestación en línea" a la misma hora "para protestar contra la deriva autoritaria del presidente y proponer otra vía, la de una nueva Asamblea constituyente y la de una sexta República social, ecológica y democrática".
Un pequeño grupo de parlamentarios de la formación conservadora Los Republicanos también ha decidido ausentarse de Versalles, con el argumento de que no se justifica todo el dispositivo y el gasto de esta sesión del Congreso para lo que considera que es únicamente una operación de comunicación del presidente.
Sobre el contenido de su discurso, lo que se sabe es sobre todo lo que no incluirá: el esperado plan de lucha contra la pobreza, que ya se ha aplazado varias veces, tendrá que esperar.
Se da por descontado que el mandatario repasará lo que ha hecho desde que está en el poder y se referirá a sus retos de futuro.
Más allá del boicot de sectores políticos, Macron se enfrentará al enfado de una parte cada vez más importante de los franceses.
Según una encuesta del instituto demoscópico Elabe publicada el viernes, sólo un 34 % de los entrevistados (el nivel más bajo desde su elección en mayo de 2017) sigue confiando en el presidente, seis puntos menos que en junio, lo que supone la mayor caída mensual.
En otro sondeo de Ifop los franceses aprueban a Macron en dos asignaturas, imagen del país en el exterior (5,74 sobre 10) y la modernización de Francia (5,10), pero le suspenden en seguridad (4,69), empleo (4,45) y, en particular, control de la inmigración (3,74).
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