Una sonrisa para ganarse la vida con honestidad.
Además de una moneda para sostener a su familia es la mejor recompensa para Francisco que artísticamente se hace llamar payasito Plastilina.
Con poca preparación escolar y escasas posibilidades de obtener un buen empleo decidió hace ocho años dedicarse a una profesión recta y evitar desviar su camino ya que en un tiempo formó parte de los cuerpos policíacos.
Diario recorre las calles de Culiacán y aborda el transporte urbano para realizar actos de magia y rutinas verbales graciosas que saquen de la monotonía al pasajero.
El mensaje del payasito Plastilina es que la esencia del ser humano radia en hacer el bien y tener una conciencia tranquila.
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