Sin duda la vida de un militar se rige por la disciplina al desarrollar cada actividad.
Una sensación de nervios me invadió por sentir la responsabilidad de honor y lealtad a la patria, al portar el uniforme.
El día de un soldado inicia temprano...
El aseo personal es fundamental hasta lucir impecable el uniforme y antes se ordena minuciosamente el dormitorio.
La insignia en el pecho con mi apellido es un privilegio, pues me hizo sentir la pasión por servir a México.
Hay horarios establecidos para cada una de las actividades, indispensable pasar al comedor adoptando una dieta balanceada, el día era largo y necesitaba generar energía.
Incorporarme a las filas del ejército mexicano represento una transformación en hábitos y costumbres, por algunas horas.
Al escuchar el Toque de Diana me di cuenta que uno de los momentos más esperados había llegado rendir los honores a la Bandera Nacional, al lado de altos mandos el ejército y las tropas.
Los valores y virtudes son fundamentales para el personal de ejército mexicano, pues es una motivación al personar para realizar sus actividades con convicción.
Los mandos nos dieron instrucciones en la practica de Orden Cerrado que desempeña un papel importante.
Los movimientos de brazos y piernas sabia que deberían ser precisos y firmes, (pero como una principiante, hice mi mejor esfuerzo por coordinarme con los hombre y mujeres militares).
Observar las ejecuciones que realiza un militar pueden pensarse fácil, aplicarlas me llevo tiempo, además de desarrollar mis habilidades y destrezas. (La ejecución de estas acciones se implementa en las ceremonias y desfiles).
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