Todos conocemos las bondades de las lluvias, sin embargo tienen su lado oscuro. Para quienes viven en la alta marginación el llover es motivo de miedo. Es el caso de la familia Saucedo Varela quienes en el Poblado del Kilómetro 9, pasó en vela las doce horas de lluvia, escuchando el crujir de las láminas, con sus cuerpos mojados y sintiendo frío.
En la vivienda que habitan, compuesta por un cuarto en el cual duermen el agua comenzó a filtrarse y la cocina prácticamente desapareció. El resto de la vivienda, compuesta por varias paredes hechas de botellas de plástico, vestigio de un proyecto universitario para la construcción de una casa ecológica comenzó a caerse, ante la mirada de sus inquilinas quienes sueñan con algún día contar con una vivienda segura.
Notas de interés: