De acuerdo al medio Milenio, la colombiana a los 10 años decidió convertirse en monja. Vivió ocho años felizmente en un convento hasta que conoció a un joven que daba clases de catecismo y de quien se enamoró.
“Decidí no estar más en la vocación. Hablé con la hermana y decidí que no era correcto. Me salí del convento”, dijo la colombiana.
Posteriormente entró al mundo del modelaje gracias a una conocida en la fábrica en la que trabajaba, meses después conoció a un agente de estrellas porno que la ayudó a establecerse como camgirl en donde aseguró ganar al mes 8 millones de pesos colombianos.
Pese a su trabajo, asiste semanalmente a las mismas y se confiesa cada domingo con el padre de su iglesia.
Yudy asegura que el padre es muy duro con ella, pues a pesar de contarle de su trabajo, no le ha dado una penitencia.
“Me confieso mucho con el padre y le digo que me perdone porque todos los días entro en masturbación y pornografía. Es una persona que está de mi lado y no me juzga. Me dice que me debe juzgar es Dios no él”, explicó.
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