La Escuela de Arte José Limón del Instituto Sinaloense de Cultura dedicó su participación en la XXIII Celebración del Día de Muertos a los 14 maestros de arte que han pasado por este plantel y que ya han fallecido, con un altar titulado El arte nunca muere, que incluyó además una ceremonia yoreme para recibir a las ánimas.
El acto se realizó en la Sala Torek (Héctor Torres Gámez) de la institución y en el área de enlace con el Centro Sinaloa de las Artes Centenario, donde se vieron altares, exposiciones, y alumnos con disfraces de catrinas o calaveras.
La apertura de la celebración estuvo a cargo de Papik Ramírez Bernal, director general del ISIC, quien dijo que es importante recordar e incluso celebrar a los maestros que han aportado algo a la formación de las nuevas generaciones en el arte, con actos en los que a la vez se promueven nuestras tradiciones en jóvenes y niños que se forman en las artes.
Luego, se realizó la ceremonia yoreme de Bendición del altar instalado a un costado de la Sala de Enlace, con frutas y comidas, panes y otros objetos, entre adornos de papel de china. Esta actividad estuvo a cargo de Gabriel Uriarte y del Taller de danza folclórica, e incluyó Danza de matachines, Danza de pascola y Danza del venado.
También participó el Coro Infantil del maestro Mario Velarde, que cantó las piezas tradicionales La llorona y Vasija de barro (canción ecuatoriana). La celebración continuó después en el ágora Rosario Castellanos, con un festival en el que participó el Taller de Teatro Infantil de la escuela, que bajo la dirección de Gustavo Enríquez, presentó las piezas Ya no haré travesuras y Sembrando.
Luego, alumnos de la Escuela Superior de Danza presentaron una serie de coreografías de autoría colectiva, tituladas La muerte nos sonríe a todos, Sin retorno, Keres, La puerta del cielo y Alebrijes, para proceder después a la cena tradicional con tamales, champurrado y dulces para los asistentes.
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