Uno de los regalos más deseados en el presente son los smartphones. ¿Cómo saber si es tiempo de que un niño en proceso de convertirse en adolescente está listo para usar uno? Las respuestas de los especialistas son variadas:
Catherine Steiner-Adair, psicóloga clínica cuya línea de investigación incluye la relación entre la infancia y familia en la era digital, afirma para la Harvard Graduate School of Education que no existe una edad correcta para que un menor tenga acceso a un teléfono celular, sino que la cuestión está directamente relacionada con el desarrollo del niño, si es que está listo para tener “acceso al mundo adulto” como ocurre con estos dispositivos y sobre todo, si se han sentado en él las bases para un uso correcto del dispositivo.
Está comprobado que la mayoría de los niños y adolescentes utilizan más de lo necesario un teléfono celular y que esta tendencia puede ocasionar efectos negativos en el bienestar como depresión, ansiedad y baja autoestima. Según un estudio publicado por la American Psychological Association, «los adolescentes que pasan más tiempo en dispositivos electrónicos y pantallas experimentan un menor bienestar», comparados con aquellos que dedican más tiempo a actividades que no involucran una pantalla.
La opinión de Steiner-Adair concuerda con la de Mike Brooks, director del Austin Psychology & Assessment Center, quien asegura, no existe un número mágico que indique que un menor está listo para usar un smartphone responsablemente:
«No hay una edad mágica en la que un niño se convierte en un sujeto suficientemente responsable para usar un smartphone. Todos conocemos a niños de diez años que son más responsables que algunos adolescentes de veinte. Es algo similar a otros privilegios, como conducir».
Las medidas en Silicon Valley al respecto son extremas: a finales de octubre de 2018, Nellie Bowles, reportera de tecnología para The New York Times, publicó un extenso artículo sobre el “oscuro consenso” que existe en La Meca de la tecnología acerca del uso de dispositivos por menores de edad.
Después de entrevistar a algunos de los tecnólogos que han protagonizado las innovaciones en informática más trascendentes del último medio siglo, Bowles descubrió que la tendencia en las familias que conocen de primera mano el funcionamiento de redes sociales y apps, es casi unánime: los niños están sometidos a un estricto control parental de todo lo que esté relacionado con pantallas táctiles.
Después de conocer los puntos de vista anteriores, es probable que la mejor respuesta esté en el equilibrio. Lejos de alejar a los niños de las tablets y los smartphones como si se tratara de un tabú, es necesario inculcarles desde pequeños el uso responsable de estos aparatos. Según Kerry Gallagher, especialista en aprendizaje digital, «No puedes simplemente darles un teléfono a los 12 años sin antes haber desarrollado habilidades o conocimientos de antemano».
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