Las vacunas son sustancias que estimulan la inmunidad de las personas pero que pueden provocar diversas reacciones en el cuerpo, que van desde resfriados y fiebre hasta cicatrices en la zona de la aplicación. Es el caso de la vacuna BCG contra la tuberculosis.
Una de las principales reacciones de la vacuna contra la tuberculosis es la pequeña cicatriz en la parte superior del brazo derecho, la cual empieza a formarse con la aparición de un nódulo posteriormente en costra que, al caerse, de 6 a 12 semanas después de la vacunación, queda como cicatriz, cuya forma también puede depender de tu tipo de cicatrización y si fue colocada correctamente.
Si bien la cicatriz es certeza de que te vacunaron, no tenerla no significa lo contrario, pues la Asociación Española de Vacunología, revela que esta reacción aparece en el 90 a 95 % de los vacunados, por lo tanto, es muy probable que sí hayas sido vacunada. Revisa tu cartilla de vacunación para confirmarlo. Y recuerda que si naciste 1970 y 1989, podrías necesitar esta vacuna.
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