El trastorno negativista desafiante es uno de los trastornos que más llega a los consultorios y que más se canaliza de las escuelas, al ser uno de los problemas de conducta que causa mayor conflicto para que se dé un buen ambiente familiar, escolar o comunitario, enfatizó Oralia Salazar Terrazas.
La catedrática de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Sinaloa dijo que por las características de este trastorno es que suele continuamente confundirse con el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) o con el trastorno disocial.
A diferencia del TDAH y el trastorno disocial, el trastorno negativista desafiante, reta a las figuras de autoridad llámense papás, maestros; es una lucha de poder constante entre obedecer y no obedecer al adulto, pero sin agredir físicamente o violentar a los demás.
Este trastorno se manifiesta desde edad muy temprana y hasta la adolescencia y que estos son pequeños que se caracterizan por constantemente desobedecer cualquier regla, se niegan a respetar horarios o turnos para participar, tienen una conducta desafiante y una autoestima sobrevalorada.
Mencionó que alguna de las causas y factores que contribuyen a que un niño presente este problema de conducta negativa es vivir en un ambiente donde se den fuertes discusiones, la presencia de un temperamento muy fuerte en los padres o familiares o por genética, es decir, heredan los patrones conductuales.
Recomendó a los padres de familia a establecer reglas claras, a ser coherentes con lo que se dice y lo que se hace y que si se sospecha que el pequeño tiene trastorno negativista desafiante busquen la ayuda de un profesional de la salud que sea competente en el área y que maneje problemas de conducta.
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