https://www.pixabay.com/es
“Beber una copa de vino al día es bueno para la
salud”, reza una popular frase. Al día de hoy, aún se investigan los beneficios
de esta bebida fermentada. Médicos asocian esta frase no al alcohol, sino a los
beneficios de que aportan los polifenoles de la uva.
Ahora bien, un mayor consumo es contraproducente para
la salud. De acuerdo con la Asociación Americana del Corazón, se recomienda
beber dos copas diarias, lo que equivale a unos 280 mililitros de vino al día,
siempre que pasemos dos días sin alcohol. Para las mujeres la recomendación es
una copa por día, debido a la diferente acción metabólica del organismo.
Quizás nos preguntemos si estudios recientes
corroboran esta información. Pues bien, estudios realizados por la Universidad
de Burdeos (Francia) concluyen que las personas que bebían vino en cantidades
moderadas —incluyendo a quienes tenían un nivel elevado de colesterol—,
redujeron entre 30 y 40 por ciento el riesgo de morir por complicaciones
cardiovasculares.
Sin embargo, la línea es muy delgada, y el consumo
excesivo de alcohol está asociado a un alto riesgo de sufrir eventos
cardiovasculares. Ni de manera esporádica o crónica debemos sobrepasar su
consumo. Las intoxicaciones por beber frecuentemente y complicaciones en el
organismo con comunes.
Para que el hábito sea efectivo, debe ir acompañado de
otros cambios en su vida diaria. Especialistas sugieren que para antes de
preocuparnos por proteger las arterias coronarias con ingesta de alcohol
debemos modificar nuestros hábitos alimenticios, así como practicar ejercicio.
De nada le servirá a un paciente sedentario o con sobrepeso tomar una copa de
vino al día si no cambia su forma de vida.
Por estos motivos, no existe necesariamente una
relación de causa y efecto, es decir, de que a una mayor ingesta de vino, más
saludables estaremos. Tampoco hay estudios que demuestran que si una persona
deja de tomar vino, está expuesta a más enfermedades. Ello sí ocurre, por
ejemplo, con el tabaco. Si una persona abandona el hábito de fumar, tendrá
menos probabilidades de sufrir enfermedades coronarias.
A diferencia de otras bebidas, el vino contiene un
único ingrediente, las uvas. Por tanto, el zumo de las uvas aporta las
propiedades de dicha fruta. Y ya que se trata de un producto natural, posee
vitaminas, y minerales, tales como el zinc o el hierro. Además, no contiene
ningún tipo de grasas ((Fuente: https://www.dulcehogar.mx).
En el otro extremo se encuentran las bebidas
alcohólicas, que contienen una considerable cantidad de calorías, por lo cual
su consumo excesivo es peligroso para el organismo. Una copa de vino o
champagne aporta 110 calorías, en tanto que unos 50 ml de whisky contienen 125.
Por otra parte, una lata de cerveza tiene 130 calorías. Sin duda, aquellos que
mayores calorías concentran son el peor enemigo del buen estado físico.
Muchos estudios posteriores han resaltado diferentes beneficios que produce en especial
el vino tinto. Entre los más
destacados, refieren que contribuyen a liberar endorfinas, lo que produce una
sensación de relajación en el cuerpo. De acuerdo con la Universidad de
California, también se relaciona con el retardo de las funciones cerebrales.
También se menciona de que ayuda a combatir las
infecciones en las encías. Es que la uva, al ser un producto natural, tiene compuestos que evitan la aparición de
bacterias vinculadas a las caries. Además se considera muy eficaz contra la
gingivitis.
En todo caso, conviene tener en cuenta los pro y
contras de toda bebida alcohólica Todo producto tiene ciertos beneficios para
la salud, pero cuando se sobrepasa su consumo se produce un efecto bumerán, y
se convierten en realmente dañinos para nuestro organismo. Cabe precisar que
las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el
mundo. Solo en 2015 fallecieron 17,7 millones de personas
por estas.