Con apenas dos años de edad, Claudia Nuza se convirtió en 1984 en la paciente más joven en Latinoamerica diagnosticada con Artristis Reumatoide Juvenil, desde entonces cada despertar ha sido un reto y una oportunidad para emprender una vida de ejemplos.
La primera de dos hijos de Claudia Rodríguez Macouzet, tras varios intentos fallidos por conseguir un embarazo. La pequeña Claudia llegó para endulzar los días de su madre y su abuela, pero también para ponerlos a prueba en el viaje que supone una enfermedad poco común en bebés.
Dolor intenso le ha acompañado desde que tiene uso de razón, así como la incapacidad de doblar o estirar por completo alguna de sus extremidades, además de la necesidad de estar siempre medicada, aunque ello suponga daños colaterales.
Al paso del tiempo, sus órganos crecieron conforme a su edad, pero quedaron atrapados en un cuerpo que se resistía a dejar la infancia. Debió sobre llevar eso y los pronósticos de salud reservada, hasta el grado de desahuciarla en varias ocasiones.
Una preocupación más invadía a su madre. Había quedado embarazada por segunda ocasión con todo y el temor de que la artritis regresara ahora en su segundo hijo.
A la par del nacimiento y crecimiento de su hermano menor sin problemas, Claudia hizo las pases con artritis reumatoide juvenil.
Aunque reconoce que ha sido toda una proesa, Claudia ha buscado hacer su vida lo más normal posible, pues asegura que tiene en su madre el mejor ejemplo de una guerrera que tomó sola las riendas de un hogar y formó dos profesionistas.
En el caso de Pikis, como la apodan con cariño, una Licenciada en Diseño de las Comunicaciones Gráficas que tiene un gusto singular por la repostería y hasta ha emprendido su propio negocio.
Además de dedicarse al diseño de tarjetas de presentación, invitaciones, a la reposteria, la creación de artesanías, bisutería y costura, La Pikis ha encontrado tiempo para recorrer sola el mundo, para tener pareja cuando el amor ha tocado a su puerta y hasta para ser influencer.
Diariamente sube a sus redes sociales cada uno de los pasajes de su historia con la artritis reumatoide juvenil, desde los momentos dulces, hasta los amargos, la toma de sus medicamentos, sus paseos, tutoriales de maquillaje y hasta las terapias, todo ello con el fin de transmitir un mensaje a la sociedad, pero particularmente a las personas que como ella tienen alguna discapacidad.
A sus 37 años, con el ombligo en Ensenada, Baja California, pero enraizada mazatleca, Claudia Nuza nos enseña que la vida puede tener muchas barreras, pero depende de cada uno de los seres humanos hacer que cada día valga la pena.
