Hay muchas formas de atención plena, pero las técnicas más comunes implican centrarse en su respiración o prestar atención intensa a las sensaciones en su cuerpo. Existe una buena evidencia de que estas prácticas pueden ayudar a las personas a lidiar mejor con el estrés.
Sin embargo, el medio estadounidense BBC menciona que un puñado de estudios en los últimos años han demostrado que también pueden tener algunos efectos inesperados y no deseados.
Por ejemplo, el año pasado, investigadores de la Universidad Estatal de Nueva York demostraron con este estudio que la atención plena o meditación mindfulness puede exagerar las tendencias egoístas de las personas.
Si una persona ya es individualista, entonces es aún menos probable que ayude a otros después de la meditación.
El nuevo estudio de Hafenbrack examinó si nuestro estado mental en el momento de meditar, y nuestro contexto social, podrían influir en sus efectos en nuestro comportamiento.
-La meditación como represora de la culpa-
La evidencia emergente dice que a veces puede aumentar las tendencias egoístas de las personas. Según un nuevo documento, la atención plena puede ser especialmente dañina cuando hemos perjudicado a otras personas.
Al sofocar nuestros sentimientos de culpa, al parecer, la técnica común de meditación nos desalienta a enmendar nuestros errores.
"Cultivar la atención plena puede distraer a las personas de sus propias transgresiones y obligaciones interpersonales, relajando ocasionalmente la brújula moral", dice Andrew Hafenbrack, profesor asistente de gestión y organización en la Universidad de Washington, Estados Unidos, quien dirigió el nuevo estudio.
Tales efectos no deberían desanimarnos de meditar, enfatiza Hafenbrack, pero pueden cambiar cuándo y cómo elegimos hacerlo. "Mientras que algunos lo han visto como una panacea, la meditación de atención plena es una práctica específica con efectos psicológicos específicos", dice. Y tenemos que ser un poco más... bueno, consciente de esos efectos.