Para
comenzar definamos primero, qué es el
factoraje financiero. Básicamente, es la herramienta que permite a las
empresas ceder o vender facturas por cobrar a bancos u otras firmas financieras
para obtener rápido efectivo, y que estas se encarguen de cobrar al deudor.
El factoraje financiero es un instrumento que ha sido
utilizado desde hace más de 3 siglos, cuando empresas inglesas tenían deudas
por cobrar en los Estados Unidos en medio del auge mercantil entre esos dos
países, y se creó este sistema resolviendo el problema.
Con el
paso de los años, con las revoluciones industriales, guerras, y crisis financieras
en el medio; el sistema fue creciendo hasta nuestros días, al punto que existen
empresas especializadas en dar este tipo de opción.
Este
mecanismo le permitirá a una empresa acceder al dinero que tiene en cuentas por
cobrar. En la práctica, las entidades financieras te pagan un adelanto
aproximadamente de un 80% si sacamos un promedio, y el resto cuando el deudor
termine de cancelar su deuda.
Las ventajas
que ofrece el factoraje
- Rápido efectivo. Esto puede ser muy valioso para las empresas cuando tienen poco capital de trabajo y esto complica su funcionamiento.
- Gran
oferta para ingresar al sistema.
- Libera
el tiempo a invertir, a la hora de ir a cobrar
- Impacto
positivo en el récord crediticio, lo que permitirá negociar mejores condiciones
con sus proveedores y los bancos.
- La
previsibilidad como recurso estratégico, para planificar el crecimiento del
negocio.
- Estar
protegido contra deudas difíciles de cobrar.
- Lo rápido que el efectivo se puede liberar, incluso tan pronto como se facturan los pedidos, esta velocidad, ayuda a la inversión de capital y la financiación de las próximas compras.
- Las entidades financieras tienen acceso al historial crediticio del deudor, así ayudan a su negocio a comerciar con clientes de mejor calidad
- Dentro de la oferta que se mencionaba anteriormente para acceder al factoraje, la competencia resulta beneficiosa, ya que incluso no es necesario ser cliente de un banco para optar por el instrumento. Además, en un mundo que adoptó la tecnología, se hace la solicitud 100% digital y en menos de 48 horas ya se puede contar con el capital.
Como toda herramienta financiera, los riesgos no escapan en el factoraje, entre las desventajas que se pueden enumerar tenemos:
• Se ve reducido el margen de ganancia. Al usar un servicio hay que pagar una tasa por ello.
• Puede
limitar el alcance de otros préstamos tradicionales.
• Los
bancos pueden evaluar la calidad del deudor y negarse a comprar las facturas.
• No contar con una estrategia adecuada puede hacer subir los costos. Si se está en una emergencia financiera se recomienda no utilizar el esquema, ya que el capital obtenido puede ser insuficiente.
Existen
varios tipos de factorajes, los dos más comunes son:
• Factoraje con recurso: Cuando la financiera asume el riesgo de impago por el deudor. Este es el más popular, puesto que las empresas buscan estar protegidas cuando se tiene dinero por cobrar, que es la base de la invención del factoraje
• Factoraje sin recurso: Es cuando la empresa que contrata el servicio asume la insolvencia del acreedor, es arriesgado, pero reduce la tasa del servicio.
• Los otros tipos de factoraje están relacionados con las condiciones del contrato o si el contrato es nacional o internacional. Dentro del mismo, también se define si el deudor será notificado o si se empleará el factoraje como herramienta de cobro.
¿Cómo
funciona en la práctica?
Las
financieras compran la factura a cobrar y obtienen la ganancia mediante tasas
fijas o variables. Por ejemplo se puede llevar a cabo dos tasas, una sobre el
valor financiado a un 5% en promedio anual; y la otra sobre el valor de la
factura entre 0.5% y 1%. Poniéndolo más claro, si una empresa vende una factura
deudora, supongamos por
$10.000 en
banco, cobrará un 0.5 de ese total y un 5% sobre el monto liquidado, en promedio
alcanza un 80%. En México es la AMEFAC, la Asociación Mexicana de
Factoraje Financiero y Actividades.
Similares,
quien agrupa a las empresas que ofrecen el servicio y tiene hasta el momento 17
entidades financieras asociadas y con un 90% del mercado, según informan en su
página web oficial. La AMEFAC tiene como misión promover el sano desarrollo de la
actividad del Factoraje Financiero en el país.
El factoring
internacional
El
factoring internacional es la génesis de esta herramienta financiera. Ya que
como explicamos, nació de la necesidad de cobrar deuda entre países. Para las
empresas exportadoras mexicanas, es importante asegurar el acceso al mecanismo,
debido a que el financiamiento no solo es inmediato, sino sencillo.
Sortear
esos requisitos rígidos que a menudo se encuentran cuando se opta por un préstamo
bancario, puede ser clave en medio de una recuperación económica post pandemia
que no fue la esperada en 2021.
Las pymes
son el sector al que más le cuesta asumir un atraso a la hora de cobrar una factura.
Si a esto sumamos la incertidumbre económica, la marcada inflación global en un
escenario de guerra y regulaciones derivadas de los años de pandemia, la
previsibilidad que otorga el factoraje, incluyendo la asesoría financiera que
ofrecen las entidades, pueden marcar un antes y un después a la hora de
invertir. Minimizar asumir riesgos innecesarios que ayudan al crecimiento de
cualquier emprendimiento.
México, como los países de la región necesita
exportar más, para ello es fundamental el acceso a un dinero fresco que sea
útil y ventajoso; y como la historia nos contó, el factoraje ha sido una
herramienta eficiente por más de tres siglos.