A 10 días del fallecimiento de la reina Isabel II, este lunes se le dio el último adiós en un histórico funeral encabezado por el rey Carlos III.
Para este adiós de la monarca, se contó con la presencia de líderes políticos como el emperador de Japón, reyes de España, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Presidentes de E.U., de Corea del Sur, de Brasil., de Trinidad y Tobago, entre otros, a nombre de México viajó el Canciller Marcelo Ebrard.
Después se realizó una misa en la abadía de Westminster, un cortejo fúnebre y militar en Londres, y una ceremonia final familiar en la capilla del castillo de Windsor.
Gran parte de la música del funeral de Estado fue elegida por el significado especial que tenía para la reina, la Abadía de Westminster, donde se realizó el funeral, fue el sitio donde la reina Isabel se casó, en 1947, y se coronó, en 1953.
A petición de su hijo el rey Carlos III, el féretro de la monarca iba cubierto de flores: follaje de romero, roble inglés y mirto el cual fue cortado de una planta cultivada a partir de mirto en el ramo de novia que usó la Reina, así como flores, en tonos dorados, rosas y burdeos intenso, con toques de blanco, cortadas de los jardines de las residencias reales.
Los príncipes Enrique y Andrés no portaron el uniforme militar por no ser miembros activos de la familia real.
El ataúd tiene el estandarte real, el cetro, el orbe y la corona imperial, mismo que fue llevado por el Carruaje de Armas de Estado, tirado por miembros de la Marina Real.
La campana de la Abadía de Westminster sonó 96 veces, una por cada año de vida de la reina, así como el El Big Ben sonó al paso del cortejo por Hyde Park.
En el Castillo de Windsor, hubo una ceremonia privada, sólo con los miembros de la familia real, antes del entierro, en la Capilla de San Jorge.
Por último Andrew Parker, Lord Chamberlain de la reina Isabel II, rompió la vara de oficio, por lo que se dio por concluido oficialmente el reinado de Isabel II.