Consejos para tener una comida de restaurante con los mejores aperitivos
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Comer debería ser considerado uno de los siete pecados capitales y no en el mal sentido, sino en el placer que supone una buena comida, un buen menú y un plato estrella en cualquier día de la semana. Esta científicamente comprobado que comer ensancha el alma y que elegir la comida aumenta significativamente el nivel de energía y autoestima de la persona en ese momento.
Cuando hablamos de cocinar es normal asociar el concepto con un restaurante de lujo con ventanales con vistas al mar, de esos salones que cuidan hasta el último detalle del doblado y planchado de la servilleta y del servicio especializado al cliente. Pero, comer bien es mucho más sencillo, y sobre todo, mucho más asequible para cualquier tipo de público sin necesidad de invertir una alta cantidad de dinero.
La gastronomía es uno de los sectores que mayor porcentaje de ingresos aporta al producto interior bruto de un país. Otro de los sectores que más influyen en el nivel de ingresos y en la economía de un país es el ocio y el entretenimiento, como los casinos, ya sean en versión online o presenciales, como el mejor casino online, dado el alto volumen de usuarios que lo frecuentan.
Dada la importancia de la gastronomía y teniendo en cuenta el momento actual que atraviesa la economía mundial por la subida de la inflación, es el momento de sacar el lado más creativo y aprender a cocinar unos aperitivos dignos de tu restaurante favorito.
¿Qué debe tener el aperitivo perfecto?
Mucho se habla del aperitivo, pero realmente muchas personas desconocen el verdadero significado de este concepto. Aperitivo es una palabra procedente del latín y viene a significar “abrir”. De este verbo se ha ido desarrollando la idea hasta la famosa frase de “abrir el apetito”, incluso hay quienes utilizan el aperitivo tanto para el típico snack de previa de la comida o para la propia comida en sí.
Esta práctica se remonta a la antigua Roma y antigua Grecia, porque tenían la costumbre de servir pequeñas porciones de comida, siempre salada, antes de la hora de la comida fuerte para que el cliente empezase a tener más hambre.
Tomar el aperitivo o en su defecto, “ir de tapas”, se ha vuelto una de las actividades más preferidas por la sociedad hoy en día. ¿Quién no ha salido un sábado a tomar el aperitivo con intención de volver a casa para comer y finalmente se ha quedado en el bar o restaurante? Ahí reside la magia del aperitivo, en captar la atención, despertar las papilas gustativas y querer más.
Pues bien, un buen aperitivo es aquel que te deja la miel en los labios, sin quitarte las ganas de comer, o en su defecto simplemente querer más. Aunque hay muchos tipos de aperitivos, es cierto que entre los más típicos están las aceitunas, las patatas bravas, los aros de cebolla y un buen pincho de tortilla, al punto al gusto.
Los aperitivos más icónicos y sencillos de cocinar
Ser un chef de primera sin ningún tipo de estudios es más fácil de lo que parece, de hecho, está al alcance de cualquier persona. El primer paso para elegir un buen aperitivo es pensar qué tipo de ingredientes vamos a incluir, siendo preferible aquellos que también puedan incluirse en la comida principal, como frutos secos crudos, hortalizas y verduras como zanahoria y pepino, hummus o guacamole.
Tabla de embutidos y queso
Puede parecer básico, pero todo varía de cómo se presenta y dónde se expone. Lo ideal es elegir una tabla de mármol o pizarra negra, o en su defecto, una tabla de madera de color oscuro, para dar un toque de elegancia. Los profesionales de la gastronomía recomiendan elegir una amplia variedad de quesos para todos los paladares: queso emmental, queso de nueces o frutos secos, queso curado, semicurado, tostado, de oveja y por supuesto queso azul.
Puedes ir mezclando los quesos en forma de una ruleta para que el consumidor no sepa diferencia que elige y deje todo en mano del azar y el destino. Otra opción es hacer una especie de pirámide dividiendo por tipos de queso. Siempre se puede acompañar con un racimo de uvas y frutos secos en el centro. Con los embutidos igual, hay quienes prefieren mezclar los diferentes tipos de embutido o mezclarlos por colores.
Tosta de salmón y queso brie
El salmón y el queso brie son dos alimentos que combinan a la perfección. El éxito de la elaboración reside en elegir un buen pan rústico en rebanadas, un chorreón de aceite de oliva virgen extra, queso brie fundido con el pan caliente y una buena cantidad de salmón ahumado. Se puede decorar con hierbas provenzales, orégano y una hoja de laurel.
Paté de mejillones
En una mesa de aperitivos no falta la lata de mejillones en escabeche con patatas fritas, pero se puede ir un paso más allá sin mucha complicación. Se compran latas de mejillones en escabeche de paté y en tostas dulces o saladas, por aportar un sabor diferente simplemente se unta decorando con orégano.
Pinchos de pollo al pimentón
Puede sonar a plato típico de bar de pueblo y barbacoa, pero todo reside en cómo se presenta. Cocinar el pollo es sencillo, la única diferencia es añadirle un poco de pimentón. La clave es el emplatado.
Se puede cortar en pequeños trozos cuadrados y pinchar cada uno con un palillo sobre una tosta de pan rústico. El pan siempre es ese fiel amigo de la cocina que gusta a todos y deja con ganas de más.
Queso fundido con tomates cherries
En una fuente de horno ponemos un medallón de queso brie o queso de cabra, partimos en trocitos por la parte superior y alrededor llenamos la fuente con tomates cherries. En el horno los tomates saldrán asados y confitados soltando el jugo del interior y el queso fundido. Lo ideal es cortar rebanadas de pan rústico y tostar un poco al horno para directamente coger el queso con las tiras de pan untándolo en tomate.