Tal vez no quieras admitirlo, pero los perritos te hacen sonreír, y es por esto que esta historia te parecerá de lo más adorable.
Seguramente has escuchado repetidamente el dicho que dice que el perro es “el mejor amigo del hombre”, tanto que probablemente tu tienes uno en casa con quien compartir cariños y risas, lo cual significa que probablemente seas uno de los millones de personas que está obsesionados con videos de perritos y sus increíbles reacciones en redes sociales. ¿Cierto?
Si alguna vez viste la película de “Hachiko” (y si eres amante de los perros no dudo que así sea) recordarás entonces la historia del perro Akita que esperó durante 9 años a su amo después de su muerte en la estación de tren en Japón esperando su regreso como acostumbraba cada día, entonces te derretirá el corazón saber que recientemente un caso similar sacudió las redes sociales.
A inicios de este año una joven compartió en su cuenta personal de Facebook la foto de un hermoso perro Husky recostado en la sala de espera de la Clínica 6 del IMSS en Monterrey, donde esperaba a su amo quien llegó en una ambulancia; sin embargo, al poco tiempo fue trasladado a la Clínica 25 sin conocimiento de su fiel compañero, el cual permaneció días esperándolo en la sala del primer hospital.
La foto del compañero perruno le rompió el corazón a muchos, que no pudieron ignorar la similitud con la historia del perro japonés, por lo que los medios lo apodaron el “Hachiko Mexicano”.
Gracias a la difusión de la imagen los familiares de la persona hospitalizada, de quien no se dio a conocer el nombre, acudieron a recoger a la mascota que se rehusaba a dejar el recinto sin su amo, dándole un final feliz a esta historia.
Sin embargo, esta no es la primera vez que un perro nos rompe el corazón con su lealtad en México. Tras el terremoto del 19 de septiembre conocimos la historia de Jacinto, un verdadero “Hachiko”, quien se negó a abandonar el lugar donde su dueño murió atrapado entre los escombros de su casa de adobe durante su derrumbe en Puebla.
Tras el esfuerzo de varios brigadistas, quienes en los días siguientes cargaban al can y lo llevaban a una zona segura sólo para verlos al día siguiente de nuevo repostado sobre los escombros, Antonieta Pérez, esposa del difunto Manuel Rivera, pidió que no lo movieran más pues el perro pertenecía a su esposo y lo acompañaba diario a la milpa.
Los perros son criaturas sumamente sensibles, seres que logran desarrollar afecto genuino por quienes los cuidan y brindan compañía, cada movimiento de cola, cada salto, cada acurrucada o ladrido que hacen es una muestra de cariño. Ellos saben que su cariño es correspondido y cuando de repente desaparecemos de sus vidas no sólo nos extrañan sino que también nos lloran.
