En un local dos por dos metros, Carlos encontró una fuente noble de empleo y sosten de su familia con la elaboración de churros, bollitos, papas fritas y viejitas.
Desde hace 20 años de dedica al comercio, pero en el principio el giro era muy distinto.
Ubicado por la calle Rubí, a unos metros de la calle Hidalgo, muy cerca del mercado Garmendia, Carlos trabaja con dedicación y se aboca a preparar los churros, bollitos y fritangas para las personas que acuden al centro de Culiacán.
Una larga jornada diaria y las altas temperaturas para preparar los alimentos que vende esperan todos los días a Carlos, pero asegura que esta satisfecho con su trabajo porque le permite llevar el sustento a su familia.
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