El oriundo de Zapotlán el Grande, ahora Ciudad Guzmán, Jalisco, Orozco nació el 23 de noviembre de 1883. A los 7 años se trasladó junto con su familia a la Ciudad de México, donde comenzó a tomar clases nocturnas de dibujo en la Academia de Bellas Artes.
Entre sus obras más llamativas están:
El hombre en llamas. Realizada entre 1938 y 1939 que representa a los hombres de la época prehispánica.
Las riquezas nacionales. Pintado en 1941 en la Suprema Corte de Justicia. Son cuatro tableros con el tema de justicia y de los productos de la tierra, metales, animales característicos de México.
Omnisciencia. Se ubica en la Casa de los Azulejos y lo pintó en 1925.
La Trinchera: Pintada en 1926, se encuentra en el Antiguo Colegio San Ildefonso. La obra muestra tensión, fuerza y refleja el dolor de la lucha en la Revolución.
"Una pintura es un poema y nada más. Un poema hecho de relaciones entre formas, como otras clases de poemas hechos de relaciones entre palabras, sonidos o ideas" - José Clemente Orozco
— MuseodeArtedeSinaloa (@MASINculiacan) 7 de septiembre de 2018
Falleció #UnDiaComoHoy de 1949 #EfemeridesDelArte pic.twitter.com/OplddUvJvC
Fue en el año de 1946, que recibió el Premio Nacional de Artes por su trayectoria y su técnica tan particular. Al año siguiente, el Instituto Nacional de Bellas Artes le organizó una exposición homenaje. Y en 1959, sus pinturas fueron declaradas parte del Patrimonio de monumentos artísticos; al igual que las de Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, formando el trío de muralistas más representativos del país.
Orozco murió el 7 de septiembre de 1949, y su cuerpo fue llevado al Panteón de los Hombres Ilustres. A 69 años de su partida, sigue inspirando e impactando con sus mensajes plasmados para siempre en la grandeza de sus murales.
También te puede interesar: