El usuario rabolcom1 de
twitter cuenta una anécdota que tuvo con un anciano que parece sacada de
película, pues el abuelo al parecer no
recordaba dónde vivía, pero si de un acontecimiento importante para él.
Os voy a contar una cosa súper
extraña que me acaba de pasar y que me ha dejado en Shock, abro
hilo:
De acuerdo con su primer tweet,
el usuario bajo el nombre Garmor el evento ocurrió el viernes 5 de octubre a la
medianoche. Un señor de mediana edad
llamó al timbre de su casa, y al no reconocerlo a través de las cámaras de
seguridad simplemente lo dejó entrar.
Escucho que llaman al ascensor y bueno miro por la
mirilla de mi casa y veo salir del ascensor a un señor mayor de unos 85 años
con unas bolsas como de la compra.
Al parecer, se trataba de un hombre de 85 años que llevaba unas bolsas
que indicaban que había ido a hacer las compras.
Escucho que llaman al ascensor y bueno miro por la
mirilla de mi casa y veo salir del ascensor a un señor mayor de unos 85 años
con unas bolsas como de la compra.
Gambor al abrirle la puerta de su casa, el abuelo lo mira con
incredulidad porque al parecer no lo puede reconocer por lo que el narrador le
pregunta si se encuentra bien.
Sin poder articular palabras, el hombre
se retira hacia el ascensor, sin embargo, el narrador se percata que las
bolsas de las compras les salía agua debido que los productos congelados que
llevaba ya habían perdido el frío.
No obstante, Garmor no se quedó con la duda y fue hacia el hombre para
asegurarse de que estuviera bien, al recibir una respuesta afirmativa el
narrador se regresó a su casa. A pesar de haber recibido la respuesta, se escuchó un llanto por lo que nuestro
narrador fue a la puerta del edificio donde encontró al anciano triste por su
situación.
Garmor cuenta: “Me siento a su lado procurando ser lo menos invasivo
posible y le pregunto cómo se llama, me dice su nombre y que se ha equivocado
(algo más que evidente). Le pregunto qué cuánto tiempo hace que hizo la compra y
me responde que 15 minutos, imposible obviamente”. El narrador aclara que los supermercados cierran a las 9:45 p.m. cuando
en ese momento eran las 12:20 de la madrugada.
El narrador comienza a cuestionarle acerca de sus datos personales como
la dirección de su casa, pero el hombre no recordaba dónde vivía y que solo
había ido a comprar el mandado. A pesar de no llevar un celular, él traía
consigo su identificación por lo que Garmor
acompañó al abuelo hacia la dirección que indicaba la credencial.
Garmor menciona que el señor le decía
que llamara al timbre porque su mujer se encontraba dentro y él llevaba las bolsas del mandado,
a pesar de ello, el narrador insistió que no debían molestar a su mujer a esas
horas de la madrugada, que era mejor que el señor le diera las llaves para
abrir. Sin embargo, las llaves no abrían por lo que el narrador decidió consultar a un bar cercano para consultar si
conocía al hombre donde le aclararon que el señor vivía a dos calles más
arriba.
El narrador fue probando los cerrojos de las puertas de las cuadras
cercanas hasta que dio con una que se lograba abrir con las llaves que le había
entregado, y del interior salió un hombre de 40 años que exclamaba: “Papá
por fin, llamamos a la Policía y todo”.
El narrador al enterarse que el abuelo padecía de una enfermedad le
preguntó “por qué lo habían dejado ir a hacer la compra solo en su estado”, y
el hijo al respondió que se le había escapado, por lo que este le preguntó por qué había hecho las compras si ya había
comida en casa, a lo que el abuelo contestó que era para cocinarle en el
aniversario de su esposa.
Vamos el señor se olvidó de hasta donde vivía pero no
que era el aniversario con su mujer , que al parecer lleva unos años muerta ...
la verdad que no sé cómo describir toda la situación pero vamos que el señor
está sano y salvo en casa.
Sin duda, el amor es muy poderoso.
Fuente: Twitter Tendencias