Afectados por las inundaciones en Paraguay


Rehacen sus vidas en plaza de Asunción
Afectados por las inundaciones en Paraguay

Por Redacción TVP

lunes, 12 de noviembre de 2018 10:12

Noelia F. Aceituno

Asunción, 12 nov (EFE).- Los miles de familias perjudicadas por la crecida del río Paraguay, que se acerca ya a los 6 metros, intentan volver a la normalidad de sus vidas en sus nuevas y precarias viviendas, chamizos instalados en predios militares o en plazas del centro de Asunción donde dibujan un nuevo paisaje urbano en la vida diaria de la capital.

La Plaza de la Constitución, flanqueada por la Catedral Metropolitana y no muy lejos del edificio del Congreso, se ha poblado en los últimos meses de vecinos procedentes de los barrios ribereños que se vieron obligados a abandonar sus casas cuando las aguas del río se convirtieron en inquilinas de sus hogares.

De acuerdo con las cifras oficiales, son alrededor de 6.000 las familias de los "bañados" (barrios pegados al río) de Asunción que han sido desplazadas a consecuencia de la crecida.

Durante las primeras semanas, los refugios de los damnificados apenas ocupaban un par de hileras en la parte más resguardada de la Plaza de la Constitución, pero con el paso de los días y el aumento del número de afectados se fue expandiendo hasta acercarse a la calle.

Así, la plaza se ha transformado en apenas unos meses en un diminuto barrio, sin más nociones de urbanismo que una pequeña calle central y compuesta por casas de madera identificadas con grandes números pintados que ya superan el 70.

Tampoco faltan las cantinas y carteles que anuncian venta de hielo, para hacer más llevaderas unas temperaturas que en esta primavera paraguaya ya se acercan a los 35°C.

Una mañana de diario, las mujeres pueblan este improvisado barrio, en el que se repiten escenas de coladas y cuerdas de tender con ropas de distintos tamaños.

Mujeres que siguen con sus quehaceres y sus rutinas, ahora a unos metros de sus casas, mientras los niños juegan a su alrededor.

Aunque la situación puede parecer anómala o excepcional, todas coinciden en que están acostumbradas a llevar una vida nómada a causa de las periódicas crecidas del río, y que el traslado a estos refugios se repite casi todos los años.

Mientras tendía la ropa, Vanesa contó a Efe que hace un mes que se trasladó junto a su pareja y sus hijos hasta ese chamizo de madera, después de tener que dejar su vivienda, cercana a la cancha del Resistencia", en "La Chacarita", uno de los barrios marginales de la capital.

"Casi nada pudimos traer", comentó al hacer repaso de lo que había dejado en su antigua vivienda.

Vanesa y su familia ni siquiera han podido acercarse todavía a comprobar el estado en el que se encuentra su hogar porque "no se puede entrar" y, mientras tanto, continúan esperando ayuda institucional.

Unos metros más adelante, Ángela Fernández toma tereré, tradicional bebida paraguaya, mientras hace un descanso de la jornada en la cantina que ha levantado entre chabolas.

"En mi casa también tenía una cantina", recordó y agregó que en este nuevo emplazamiento "gana bien, da para vivir, pero no como en casa", también en la zona de la cancha de Resistencia.

Esta mujer, que se trasladó con su marido, su hija y sus nietos, es consciente de que tendrá que pasar, al menos, otros seis meses más entre estas paredes de retazos de madera.

Ella, al contrario que otros vecinos preguntados, aseguró que recibió "ayuda de la Municipalidad con las terciadas (tablas), las chapas, las maderas y el agua".

Estas casas de madera rodean el monumento que conmemora la Independencia de Paraguay, a pesar de que ellos dependen ahora del cauce del río, sin saber cuánto tiempo pasará hasta que puedan regresar a sus casas.

"Hace cinco meses que nos fuimos a casa y ahora nos mudamos otra vez aquí", aseguró María Eugenia, otra vecina de La Chacarita, sentada en la tradicional silla cable a la puerta de su refugio.

El suyo presenta unas dimensiones más grandes que los que tiene a su alrededor, pero aclaró que "están tres familias" dentro de ese espacio.

Esta vecina espera que lleguen "algún día" las viviendas sociales anunciadas por el Gobierno, mientras, su queja principal en este refugio es el calor y la falta de baños.

A las 6.000 familias desplazadas en Asunción hay que sumar otras 1.000 desalojadas por la crecida del río en los departamentos de Misiones (sur), San Pedro y Concepción (centro).

Con información de EFE.

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