Salir de un baldío, el monte o un área con maleza con los llamados “guachapores” en la ropa es una pequeña molestia dolorosa.
Los conocidos como “guachapores” provienen de unas espigas que fácilmente se desprenden con el contacto.
Al tocar la ropa pueden quedar en cualquier rincón de la tela, en un pantalón, calcetín o camiseta que a poca distancia de la piel provocan picazón.
Pese a la incomodidad, muchas personas ahora adultas guardan gratos recuerdos de los “guachapores” por que fueron parte de su infancia y de sus juegos.
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