Aunque el paso del tiempo no ha sido indiferente a su piel y su andar, José Luis Colio González mantiene su espíritu jovial y unas ganas de vivir intactas, disfrutando sentirse útil a sus 68 años.
Su romance con las plantas comenzó desde la niñez, pero fue al llegar a la edad adulta cuando logró encontrar su vocación. Durante décadas se desempeñó como jardinero en un conocido hotel de la Zona Dorada y al llegar el remplazo generacional, decidió seguir cuidando de ellas.
Así fue como Don José Luis convirtió su patio en un vivero en la invasión San Antonio y para mantenerse a sí mismo hizo uso de la inventiva llevando un mercado de plantas ambulante por las calles del Centro de la ciudad, iniciando su jornada de las 8:00 a las 10:00 de la mañana en una esquina del mercado General Juan Carrasco, para luego trasladarse a su punto final de comercio, a la altura de conocida tienda departamental en la avenida Aquiles Serdán.
Variedades de ornato, como las orquídeas, las rosas, margaritas, petunias, geranio, crisantemo; otras más aromáticas como la lavanda y la yerbabuena o las más populares entre su clientela, las de uso medicinal, forman parte de la gama que ofrece al público, con precios que van de los 30 a los 150 pesos por pieza.
Para él, no sólo se trata de un trabajo que le permite subsistir de manera honesta, sino también para transmitir el mensaje de que la humanidad no debe olvidarse de su conexión con la madre tierra.
A pesar de que siempre extraña su hogar en la comunidad serrana de Los Laureles, Concordia, Don José Luis asegura que ha encontrado su misión, esa que seguirá realizando por el resto de sus días, andando junto a su triciclo entre las calles del centro del puerto.
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