La muerte de Diana Gisselle, tiene mas de un responsable, el asesino material, pero también un sistema ineficiente de protección en el que la joven confió y que no pudo garantizar su integridad.
El colectivo de mujeres activas de Sinaloa, considera que este nuevo feminicidio, pone en evidencia una vez mas la falla de la unidad de medidas cautelares y el engaño que representa la emisión de un papel que supone bastaría para alejar a un agresor de su víctima.
De acuerdo a información proporcionada por la fiscalía general del estado de Sinaloa, Diana Gisselle había interpuesto una denuncia por violencia contra su ex pareja sentimental el 17 de septiembre, por lo que se emitieron medidas cautelares de restricción, sin embargo previo a esta denuncia ya había antecedentes de violencia en su contra, a pesar de esto, el sistema de protección no pudo evitar que fuera asesinada.
Maria Teresa Guerra Ochoa, integrante del colectivo de mujeres activas de Sinaloa, manifestó que se observa una desatención en el tema preventivo y un retroceso en el aspecto normativo de la ley que se supone debería de garantizar el acceso de las mujeres a una vida sin violencia, en lugar de esto asegura, hay una simulación que se refleja en estadísticas que muestran un incremento progresivo de la violencia contra las mujeres, un aumento del 48 por ciento en las denuncias de violencia familiar y 168 femincidios en lo que va de la actual administración.
Por su parte la comisión de defensa de los derechos humanos, también cuestionó la eficacia de las medidas de protección que se brindan a mujeres víctimas de violencia, las cuales asegura, ha quedado demostrado una y otra vez que no funcionan, por lo que urge que el estado adopte nuevas estrategias para garantizar la vida de las mujeres que denuncian violencia en su contra.
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