En México la figura materna es la más enaltecida por excelencia y el padre muchas veces queda relevado como una figura autoritaria. A veces peor, a través de innumerables historias de maltrato o abandono, o como una figura ausente.
Según este estudio del INEGI, en 2014, 33 de cada 100 mujeres de 15 a 54 años son madres solteras. Por sí sola, que la tercera parte de mujeres "no se casaron o vivieron en unión libre con el padre de sus hijos", es una cifra alarmante pues dice que hay una obvia inestabilidad en los hogares mexicanos.
Pero, se pone peor: el mismo estudio agrega que entre los 20 y 34 años, el 47% de las mujeres mexicanas son solteras; dato que se traduce en niños y adolescentes que crecen con carencias y dolencias socio-emocionales que se sienten, pero no se tratan y se normalizan en la cultura mexicana
El Día del Padre, no es una fecha inamovible como lo es el 10 de mayo, sino que cada año es diferente, dependiendo en que día caiga el tercer domingo de cada mes. En un país con las cifras como las nuestras, que hasta la misma fecha del festejo sea inestable, es irónico.
En fin. No venimos a satanizar la figura de padre mexicano, porque la realidad no se puede polarizar en claros u oscuros, más cuando se trata de un tema tan complejo como este.
En su lugar, reflexionamos y reconocemos que en un país con una gente tan luchona como México, todos conocemos a un hombre que se desvive por su familia y trabaja y la protege como un líder al frente de su manada.
Ese hombre, tal vez no sea tan amoroso o expresivo como la madre, pero su amor reside en la fuerza de sus acciones y, solo por ellos, este domingo 21 de junio es su día.
Ser un padre presente no es fácil, porque culturalmente te tienes que echar al hombro el peso y las responsabilidades de la familia y, en Latinoamérica, expresar tristeza o frustración, es sinónimo de debilidad.
A veces, ser un buen padre es como halar un barco desde la oscuridad en el fondo del océano.
Solo por ellos, este domingo 21 de junio que el Día del Padre no quede desapercibido, que se sientan orgullosos de hacer lo correcto y poner el ejemplo de luchar en un país que tanto lo necesita como el nuestro.
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A continuación te dejamos el poema "El sacrificio de un padre" de Gustavo Guichón
Muchos libros yo he leído / de grandes y buenos autores, / y en sus páginas mejores / nunca esta verdad he leído.
De que un padre vive oprimido / y ninguno lo alienta.
¡Y todo el mundo comenta!
¡Que lo más grande es el amor de madre!
Y el sacrificio de un padre / ninguno lo tiene en cuenta.
Hay que empezar a escribir / el sacrificio de un padre, / porque no es solamente la madre la que sabe sufrir.
Con esto quiero decir de que un padre / sabe querer.
Y que por sus hijos y, su mujer / Con amor va a trabajar / y hasta capaz es de robar / pero para traerles de que comer.
La madre le hacer un perjuicio / a su hijo por un error, / porque debido a su gran amor. / Con su mimo le da vicio.
En cambio el padre / para mi hace juicio, / aunque su amor es severo, / él los acaricia muy poco /pero los hace marchar derecho.
Para subir el repecho de este mundo embustero, / Él les lleva el pan sagrado / amasado con sudor. / Y por sus hijos con amor el vive sacrificado, / y por eso estoy de su lado.
Aunque el pecho me taladre / esta bien cantarle a la madre / con ese amor infinito. / Pero también un poquito / hay que acordarse del padre.
'El papá es quien brinda flexibilidad, variación y enriquecimiento a la forma en que el niño o niña se relacionará con el resto en el futuro, otorga las herramientas para enfrentar y resolver los problemas, los modelos para ir generando su propia identidad', asegura el doctor Alfonso Correa, jefe de la Unidad de Psiquiatría Infantil de Clínica Alemana.
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