¿Te imaginas regresar al pasado y poder conocer cómo vivían las personas hace más de 100 años, conocer sus herramientas de trabajo, formas de comunicarse, de entretenerse y hasta de cocinar? En Mazatlán existe una especie de cápsula del tiempo donde todos estos “tesoros” se mantienen muy bien conservados.
El arquitecto Enrique González Güereña es el encargado de mantener estas reliquias en su hogar, las cuales más que tener un valor económico poseen un gran valor sentimental.
Desde niño nació su gusto por coleccionar objetos que le parecían interesantes iniciando con timbres postales para después ir sumando cartas, lámparas, relojes, balanzas, pinturas, máquinas de escribir y todo aquello que a sus ojos tuviera un valor histórico, en especial los que pertenecieron a su familia.
Su casa misma es una muestra de la evolución del diseño, un hogar construido bajo la corriente del art deco en el año de 1945 y que actualmente luce decorada con piezas de dicha época. Por las manos de Enrique González Güereña han pasado un sinfín de objetos que proporcionan información de otros tiempos, que van más allá de una simple pieza vieja, son testigos del pasado que superan los 200 años de antigüedad y que nutren el acervo cultural e histórico de quien los conoce.
Entre risas, Enrique comenta que algunos de estas antigüedades él mismo las compro para su uso cuando era más joven y hoy en día ya son objetos de valor histórico. González Güereña exhortó a las personas a volverse coleccionistas de cualquier cosa, no se necesita una gran inversión económica, pero con el paso de los años se darán cuenta que cualquier pieza se puede convertir en un verdadero tesoro.
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