Para el médico británico de 50 años Jaco Nel, toda su vida cambió de la noche a la mañana tras perder las piernas, los dedos y parte de la cara, esto, gracias a las cariñosas lamidas de su perro, raza Coker, que lo contagió de una enfermedad.
Nel dijo que su perro se arañó y, como resultado, adquirió una infección de una bacteria que causó la muerte de la mascota. Apenas unos días después el médico empezó a sentir síntomas similares a los de una gripe común por lo que no le dio más importancia.
Días después, la bacteria provocó septicemia, que es una infección grave en todo el cuerpo, que provoca la amputación de ambas piernas, los dedos de sus manos y que estaba desfigurado por la boca y la nariz.
Perdí la punta de la nariz y mis labios tienen cicatrices, me cuesta hablar y también tengo dificultades para comer.
Jaco platicó que otro de los síntomas que sintió fue la falla de sus riñones, por lo que le hicieron un diálisis por dos meses y también estuvo en coma por cuatro o cinco días después de llegar al hospital.
“Sabía desde casi el principio que terminaría perdiendo las piernas y los dedos, pero no estaba seguro de qué pasaría con mi cara. Perdí la punta de mi nariz y mis labios tienen cicatrices, me cuesta hablar y también tengo dificultades para comer ”, dijo el médico en una entrevista retomada por varios medios nacionales.
“Todo su cuerpo estaba prácticamente negro: cara, manos, piernas, debido al daño en los tejidos provocado por la coagulación anormal de la sangre, que es algo que pasa por un shock séptico”, agregó.
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