El tratamiento de la adicción a los cigarrillos electrónicos se ha convertido en una rutina para la cardióloga Jaqueline Scholz, quien ha dado una entrevista que ha sido replicada a nivel mundial.
Para darle una idea, el fumador brasileño de cigarros electrónicos consume equivalente a 17 cigarrillos "convencionales" al día, según una encuesta del Instituto Nacional del Cáncer (Inca).
Directora del Ambulatorio de Tratamiento del Tabaquismo del Instituto do Coração (InCor), la médico está preocupado por el atractivo de estos dispositivos, especialmente entre los adolescentes y adultos jóvenes.
'É como fumar 20 cigarros por dia': Quais são os riscos do cigarro eletrônico, cada vez mais popular entre os jovens? Veja neste #EstudioBBC com @Andre_Biernath pic.twitter.com/PtjGXaB4s7
— BBC News Brasil (@bbcbrasil) August 13, 2022
Una encuesta publicada este año mostró que casi uno de cada cinco brasileños entre 18 y 24 años ha usado cigarrillos electrónicos al menos una vez en la vida, a pesar de que la venta de este producto está prohibida por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa).
"Nuestro país tenía una tasa muy baja de iniciación al tabaquismo entre los adolescentes, pero vemos que esa política ahora está en riesgo", analiza Scholz, quien también es profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (USP).
“Si no nos ocupamos de este problema ahora, el uso de estos dispositivos tiene todo para convertirse pronto en una epidemia”, agrega.
En entrevista con BBC News Brasil, el especialista enumeró todos los riesgos y controversias del uso del cigarrillo electrónico y el impacto que puede tener en la salud.
¿Lobo con piel de cordero?
Scholz señala que, desde la aparición de las primeras versiones hace unos 20 años, estos dispositivos siempre se han promocionado bajo el argumento de que serían menos nocivos para la salud.
“Todavía se dice que, como no tienen combustión y no producen humo, estos aparatos supuestamente serían más seguros”, contextualiza.
La cardióloga recuerda que esta información sirvió de base para vender cigarrillos electrónicos en muchos países como una especie de "reducción de daños", o un tratamiento para las personas que querían dejar de fumar.
El gran problema, argumenta, es que no hay suficientes estudios científicos para respaldar tales afirmaciones, y toda la publicidad relacionada con estos productos parece estar más enfocada en ganar nuevos usuarios (especialmente los jóvenes), y prácticamente ignora este posible sesgo terapéutico.
“Varios países, como el propio Reino Unido, aceptaron este argumento y lanzaron los cigarrillos electrónicos. Lo que sucedió en estos lugares fue un aumento en la prevalencia de fumadores ”, señala Scholz.
Para el médico, no tiene sentido ver el cigarrillo electrónico como un tratamiento médico y dejarlo solo en manos de las personas, para que ellas decidan cuándo y cómo usarlo. “Si el propósito de este producto fuera realmente terapéutico, no se podría vender en ningún lado, como se vende ahora”.
“Tendría que ser recetado después de una evaluación médica, en la que el profesional concluiría que el paciente no puede dejar de fumar con los otros métodos que tenemos para ofrecer. A partir de ahí, se podría indicar la dosis y el uso correcto de esta sustancia. ", complementa.
El médico dice a sabiendas: ella dirige una de las clínicas de tratamiento ambulatorio de tabaquismo más exitosas del país. Combinando medicación, cambios de comportamiento y seguimiento, consigue que hasta el 70% de los pacientes dejen el hábito.
Scholz señala que, además de no cumplir las promesas terapéuticas, los cigarrillos electrónicos pueden ir en sentido contrario y ser perjudiciales para la salud.
Llama la atención sobre tres de los principales ingredientes que aparecen en estos dispositivos: propilenglicol, nicotina y sustancias aromáticas.
El propilenglicol funciona como una especie de vehículo, capaz de diluir y transportar la nicotina por nuestro organismo.
La nicotina, por su parte, es una sustancia psicoactiva que se encuentra originalmente en el tabaco, lo que provoca una dependencia muy fuerte.
Durante el uso de los cigarrillos electrónicos, se inhala por la boca, pasa por los pulmones, cae al torrente sanguíneo y acaba en el cerebro, donde provoca una sensación momentánea de bienestar.
Por último, tenemos las sustancias aromáticas, que imitan los más diversos olores, desde la menta hasta la creme brulée.
Scholz señala que estos tres ingredientes pueden presentar riesgos para la salud de diferentes maneras.
"Para empezar, los olores hacen que estos dispositivos sean socialmente más aceptables. Después de todo, el olor a menta, miel o fresa es mucho más agradable que el de los cigarrillos convencionales".
Y este atributo, argumenta el cardiólogo, aumenta la curiosidad y quita el miedo a un público más joven, que desde niño está acostumbrado a oír hablar de los efectos nocivos del tabaquismo "tradicional".
"El propilenglicol, por otro lado, se usa ampliamente en la industria alimentaria, y la gente simplemente asumió que, dado que es seguro consumirlo en los alimentos, no hará daño cuando se inhale", dice.
“Pero no tenemos suficientes estudios al respecto, sobre todo porque estos dispositivos hoy en día traen tantos aditivos que no tenemos una idea exacta de las reacciones químicas que se dan allí, a una temperatura alta”.
“Y ya hemos visto algunos estudios que han detectado sustancias cancerígenas en la vejiga y la orina de los usuarios de cigarrillos electrónicos”, agrega el especialista.
“Las nuevas generaciones de cigarrillos electrónicos traen sales de nicotina cada vez más pequeñas y entregadas en grandes cantidades, lo que aumenta la dependencia”, dice Scholz.
La doctora dice que, al recibir a un usuario de estos aparatos en su consultorio, siempre le realiza un examen rápido de orina, que mide la cantidad de nicotina que tiene el individuo en el cuerpo.
“Es muy común que los pacientes jóvenes, de 16 a 24 años, tengan un nivel de nicotina equivalente a fumar más de 20 cigarrillos convencionales al día”, calcula.
De hecho, el propio mecanismo de estos dispositivos facilita su uso constante. Además de no tener ningún olor desagradable, no es necesario encenderlo ni apagarlo. "Este es un producto que puedes usar una y otra vez. Lo guardas en tu bolsillo, le das una calada y lo guardas. Luego puedes volver a tomarlo cuando quieras", explica Scholz.
“Esto crea una rutina de acondicionamiento, y la persona empieza a usar cigarrillos electrónicos en la calle, en el trabajo, en el baño de la escuela, acostado en la cama…”
Además de ser adictiva, la nicotina también tiene efectos sobre órganos importantes como el corazón y los pulmones.
“La nicotina no es una sustancia inocua. Aumenta el ritmo cardíaco, altera la presión arterial y puede dañar el endotelio, la capa interna de los vasos sanguíneos”, enumera.
"Por lo tanto, el riesgo cardíaco de un usuario de cigarrillos electrónicos es casi el mismo que el de alguien que fuma cigarrillos convencionales".
“En los pulmones, las nanopartículas de nicotina pueden ingresar a los alvéolos, causar espasmos respiratorios e incluso enfermedades inflamatorias”, agrega el médico.
“Hace unos años tuvimos una serie de casos de este tipo, sobre todo en Estados Unidos , que llamaron la atención. Una parte de estos pacientes consumía otras sustancias, pero alrededor de un tercio consumía exclusivamente nicotina”.
Los cigarrillos electrónicos pueden causar una enfermedad inflamatoria en los pulmones de las personas susceptibles, dice un médico
¿Cómo resolver este problema?
Scholz saluda la reciente decisión de la Anvisa , que mantuvo la prohibición de los cigarrillos electrónicos en Brasil.
"Era lo mejor que se podía hacer. Si este producto salía al mercado, se convertiría en un páramo en términos de nuevos usuarios", considera.
“Desde el momento en que esta decisión entre en vigencia como ley definitiva, la tendencia es que tengamos una mejora en la inspección de la venta y uso de estos dispositivos en lugares públicos”.
En una nota enviada a BBC News Brasil, BAT Brasil (British American Tobacco Brasil), conocida como Souza Cruz y la mayor industria tabacalera del país, destacó que la reciente decisión de Anvisa es "otro paso en el proceso regulatorio y no representa la conclusión final de la agencia". ." Para la empresa, el lanzamiento traería mayor control sanitario a la producción y venta de cigarrillos electrónicos.
"Entendemos que la Anvisa, al mantener el tema en la Agenda Regulatoria, continuará evaluando las evidencias científicas que sustentaron la decisión de cerca de 80 países que ya regularon estos productos de cigarrillos electrónicos en Brasil, que sigue creciendo, suministrados por contrabando productos y sin ningún control sanitario", dijo.
“Una regulación adecuada garantizaría a millones de adultos consumidores de cigarrillos electrónicos en Brasil el acceso al producto legal, con composición y origen conocidos, parámetros de calidad, inspección y seguimiento sanitario”, concluyó la empresa.
Japan Tobacco International criticó el hecho de que el uso de estos dispositivos electrónicos esté "alimentado por el comercio ilícito". Philip Morris Brasil declaró que continuará "el diálogo sobre la regulación del tabaco calentado", que es un "producto diferente a los llamados cigarrillos electrónicos".
El tabaco calentado, como menciona la empresa, es un aparato que no trae diferentes aromas, pero sí lleva nicotina.
Finalmente, Scholz señala que para los usuarios de cigarrillos electrónicos que quieren dejar de fumar, existen tratamientos científicamente validados. “Tenemos recursos terapéuticos y varios ambulatorios capacitados en todo Brasil, incluido el Sistema Único de Salud (SUS)”, informa el cardiólogo.
“Es posible aliviar el sufrimiento de las personas que permanecen en abstinencia y lograr buenos resultados”, concluye.
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