Es verdad que, según algunos estudios, producir una botella de vidrio causa un mayor impacto ambiental que una botella de plástico, pues se requiere mayor energía. De hecho, se tendría que utilizar 3 veces una botella de vidrio para aminorar la huella de carbono que tiene una de plástico.
Sin embargo, la producción de plástico es mucho mayor que la de vidrio y éste genera toxinas que son asimiladas por alimentos y bebidas a través de su contacto, así como mediante el consumo de plásticos, principalmente en peces, ya que entre 8 y 10 toneladas de plásticos dan a parar al océano cada año.
De esta manera, el humano no sólo absorbe plástico a través de las nano partículas que absorben los alimentos y líquidos guardados en este tipo de envases sino a través del consumo de mariscos y otros animales que se alimentan a su vez de peces. Es decir, que tanto animales como humanos absorbemos contaminantes provenientes del plástico.
Por su parte, aunque el vidrio tarda en degradarse mucho más que el plástico, uno 4 mil años, éste lo hace por medio de erosión sin arrojar contaminantes al medio ambiente. Además, posee características que hacen que no interfiera con las propiedades de los productos que contiene y es 100 por ciento reciclable.
Así que definitivamente en la pelea entre ambos materiales, el ganador es, sin duda alguna, el vidrio. Ayuda al medio ambiente, utiliza envases de este material y reutilízalo múltiples veces para reducir su huella de carbono.
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