Helsinki, 16 jul (EFE).- El presidente ruso, Vladímir Putin, admitió hoy que deseaba la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca para mejorar la "maltrecha" relación entre ambos países, pero negó cualquier injerencia del Kremlin en las elecciones que le auparon como presidente.
La supuesta intromisión rusa en los comicios estadounidenses centró la rueda de prensa posterior a la primera cumbre de los dos mandatarios, que se zanjó sin grandes acuerdos.
Durante esta comparecencia, un periodista estadounidense preguntó directamente a Putin si quería que Trump ganara las presidenciales de 2016.
Tras volver a negar injerencias en el proceso electoral de país alguno, Putin asintió y argumentó que el ahora presidente de EEUU "quería mejorar las relaciones con Rusia".
Además, calificó de "tontería" decir que el Kremlin encargó a ciudadanos rusos piratear los ordenadores del Partido Demócrata para hacer daño a la campaña de Hillary Clinton, como sostiene la investigación abierta en Estados Unidos.
Cuando Trump, durante su campaña electoral, lanzó la propuesta de mejorar las relaciones con Rusia, "muchos rusos simpatizaron con él, (...) pero no representan al Estado ruso", dijo Putin.
"Vosotros tenéis a mucha gente, incluidos millonarios como George Soros, que se meten en todos lados. ¿Pero acaso su postura es la del Gobierno de EEUU? No, es la postura de una persona privada. En este caso sucede lo mismo", apuntó en respuesta a otra incisiva pregunta de periodistas estadounidenses.
En cualquier caso, es la justicia la que debe sentenciar si hubo o no injerencia, (...) "porque no hay ni una sola prueba que lo demuestre" y no se puede permitir que la sombra de la sospecha envenene las maltrechas relaciones de los dos países, zanjó la cuestión el jefe del Kremlin.
Por otro lado, calificó de "absurdo" afirmar que el Kremlin tenga información comprometedora que se habría recogido durante una visita que hizo Trump a Moscú con motivo del concurso de belleza "Miss Universo".
"Cuando el presidente Trump visitó Moscú, ni siquiera sabía que estaba allí", señaló dirigiéndose a otro informador, al que preguntó si cree que los servicios secretos rusos persiguen a todos los empresarios estadounidenses que vienen a Rusia.
Por otra parte, la declaración inicial de los dos presidentes se evidenció su distancia en la mayoría de los asuntos que trataron.
Putin insistió en que son muchos los temas en los que las diferencias entre Moscú y Washington son notorias, pero subrayó que hay ámbitos como la lucha antiterrorista, el desarme nuclear y la seguridad cibernética donde las dos potencias deben cooperar por el bien de todo el mundo.
En cuanto a Ucrania, recalcó que "Crimea es un asunto cerrado" para Rusia, fuera de cualquier agenda de negociaciones, y pidió a Trump que influya en el Gobierno ucraniano para que cumpla su parte de los Acuerdos de Minsk para la paz en el este de Ucrania.
"La posición del presidente Trump sobre Crimea es conocida y la mantiene. Él habla de la ilegalidad de la reunificación de Crimea a Rusia. Nosotros tenemos otro punto de vista. Consideramos que se hizo un referéndum de acuerdo a las leyes internacionales. Para nosotros es una cuestión cerrada", señaló.
En un momento de la conferencia de prensa, Putin le pasó literalmente la pelota del arreglo del conflicto sirio a Trump.
"En lo que se refiere a que la pelota de Siria está en nuestro tejado... Señor Presidente, usted acaba de decir que hemos organizado exitosamente el Mundial de Fútbol. Así que quiero entregarle esta pelota. Ahora, la pelota está de su lado", dijo Putin.
Putin, que entregó a Trump el balón oficial del Mundial de Rusia que concluyó el domingo con la victoria de Francia sobre Croacia, se refería a la frase del secretario del Estado norteamericano, Mike Pompeo, de que la pelota del arreglo en Siria está en el tejado de Rusia.
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